Un maltrato que permanece oculto

Maltrato a ancianosEl cuidado de las personas mayores

Entre el 3% y el 12% de los ancianos sufre vejaciones de sus familiares o cuidadores

Hace unas semanas, la policía local H de Tarragona detuvo a una mujer de 43 años por pegar a su madre, enferma de alzheimer. No se trata de un hecho inusual. Según los cálculos de la Sociedad Española de Geriatría, entre un 10% y 12% – otros estudios abren la horquilla a entre el 3% y el 12%- de las personas mayores sufren algún tipo de maltrato, ya sea psicológico o físico.

La prolongación de la esperanza de vida, la dependencia de mucha gente mayor (por cuestiones de salud) y el cambio del modelo y relaciones familiares explican el incremento de este fenómeno, que en muchas ocasiones permanece oculto porque se produce en el ámbito privado y porque tampoco hay suficientes mecanismos de prevención, detección y ayuda a las víctimas.

Según los datos del Departament d´Acció Social de la Generalitat, las denuncias por malos tratos a personas mayores aumenta cada año. "No es un fenómeno nuevo, y pese a la dificultad y complejidad para detectar estos casos, cada vez se visualizan más y es necesario crear herramientas para abordar el problema", explica Carme Porta, secretaria de Polítiques Familiars i Drets de Ciutadania de Acció Social. El maltrato a los mayores (de más de 65 años) no está incluido en los supuestos de violencia doméstica y de género.

El principal escollo para abordar el problema es la falta de estudios y datos disponibles. Acció Social ha impulsado la redacción de un protocolo de actuación contra el maltrato a la gente mayor. Para redactarlo el comité de expertos se ha basado en varios estudios internacionales, de Estados Unidos, Canadá, Australia y Reino Unido y en un estudio de Barcelona, el único localizado en Catalunya y España. De ellos se deduce que entre un 3% y un 12% de la población de ancianos sufre algún tipo de maltrato, aunque sólo se denuncia un 20% de casos.

El esbozo del protocolo señala que la negligencia es el tipo de maltrato más habitual (un 55%) seguido de la violencia física (un 15%) y la explotación económica (un 12%). Como la esperanza de vida es mayor en las mujeres, ellas son las principales víctimas (un 80%). El resto (20%) son hombres. También en estos malos tratos se perciben diferencias de sexo: mientras en los hombres se dan más situaciones de negligencia, en las mujeres hay más casos de maltrato físico, psicológico, abuso material y, en menor medida, abuso sexual. Además, la mitad de las mujeres sufre varios tipo de malos tratos a la vez.

Habitualmente es la familia (cónyuges o hijos) y las personas de confianza los maltratadores. En ocasiones porque el maltratador sufre una enfermedad mental o tiene problemas de drogodependencias y convive y depende económicamente del anciano.

Tampoco es extraño que las personas que cuidan a enfermos con alzheimer o demencias seniles – a veces sus propias parejas- sufran depresiones o simplemente se vean desbordadas por falta de preparación o capacidad, y la convivencia degenere hasta el punto de producirse malos tratos. "Siempre decimos que el que cuida debe cuidarse tanto o más; necesita apoyo psicológico porque cuidar a una persona mayor con demencia senil siempre comporta un desequilibrio emocional y hay que evitar a toda costa perder el control", mantiene Jaume Solé, presidente de la Associació de Familiars d´Alzheimer de Tarragona (AFAT). Prueba de ello es el éxito del Centre de Respir que esta asociación abrió en la ciudad, donde los cuidadores pueden dejar a los enfermos en manos de especialistas por la mañana para tener tiempo libre.

En este sentido, los expertos insisten en que el objetivo no es tanto buscar y señalar a los culpables como dar un tratamiento integral al problema. Por eso, y a diferencia de otros protocolos, este se dirige a la voluntad preventiva y paliativa. No dejar participar a la persona mayor en las actividades familiares, ponerles pañales para evitar acompañarles al lavabo, mantenerlos sujetados todo el día para que no se levanten son algunos tipos de malos tratos que tanto pueden darse en los hogares como en instituciones o centros residenciales.

"Muchas veces olvidamos la dimensión estructural del problema. Muchas víctimas no tienen ningún tipo de apoyo, ni de la familia, ni de la administración. ¿Cómo es posible que un hijo toxicómano tenga que cuidar a su madre enferma de alzheimer?", se pregunta Mercè Tabueña, doctora en Psicología, diplomada en Trabajo Social y posgraduada en Gerontología.

Tabueña, que forma parte de la comisión que redacta este protocolo, espera que este documento sea el punto de partida para afrontar el problema. "Ahora no hay una unidad específica con líneas de intervención, los trabajadores sociales no tienen suficiente formación para detectar estas situaciones", mantiene Tabueña. En su tesis doctoral, centrada en el estudio en sólo dos distritos de Barcelona, detectó la friolera de 178 casos de malos tratos.

"Las víctimas presentaban una alta vulnerabilidad y no tenían forma de comunicarlo, también hay que tener en cuenta las historias de cada persona", afirma. Begoña Gutiérrez, vicepresidenta de la Sociedad General de Geriatría, insiste en este punto y en que la sociedad deje de considerar la vejez como algo improductivo y minusvalorado.

LAS MÚLTIPLES CARAS DEL ABUSO

La Fundació Viure i Conviure define varias categorías de abuso a la gente mayor, aunque una persona puede sufrir distintos tipos a la vez.

FÍSICO. El uso de la fuerza provoca heridas, dolor o lesiones corporales que se practican intencionadamente.

PSICOLÓGICO. Actos, verbales o no, que producen angustia, pena, sentimientos de indignidad, miedo, aflicción o estrés (amenazas, insultos, intimidación, humillación, ridiculización, infantilización, privación de seguridad y/ o afecto, invalidación, tratarlos como si fueran un objeto…).

ABUSO SEXUAL. Comportamiento (gestos, insinuaciones, exhibicionismo…) o contacto sexual – consumado o no-, no consentido o con personas incapaces de dar su consentimiento (violación, tocamientos, acoso sexual o elaboración de pornografía).

EXPLOTACIÓN ECONÓMICA. Uso ilegal, indebido o no autorizada de fondos, propiedades o recursos económicos.

NEGLIGENCIA O ABANDONO. No cubrir necesidades básicas, como la salud, alimentación o higiene personal. Cuando esta situación se produce en el ámbito institucional se habla de negligencia y en el ámbito familiar, de abandono.

VULNERACIÓN DE DERECHOS. Confinamiento o cualquier otra interferencia en la libertad personal, así como la explotación de la persona o vulneración de sus derechos.

MALTRATO FARMACOLÓGICO. Utilización inadecuada o desproporcionada de fármacos para la sedación o contención de los actos de la persona mayor. En este grupo se incluye también no ofrecer un medicamento necesario.

MALTRATO SOCIAL. Discriminación de un grupo que reúne características comunes – en este caso la edad- cuando se convierte en víctima de delitos, trampas fraudulentas o acoso inmobiliario.

MALTRATO INSTITUCIONAL. Toda legislación, programa, actuación u omisión de los poderes públicos o privados – o derivados de la actuación individual de los profesionales- que comporte abuso, negligencia, perjuicio a la salud, la seguridad, el estado emocional o el bienestar físico.

SEÑALES DE ALERTA

Las siguientes situaciones pueden responder a algún tipo de maltrato:

Deseos de morir. Cuando la persona mayor manifiesta reiteradamente que desea morir.

Ánimo alterado. Cuando su estado de ánimo está alterado, sufre ansiedad, confusión, insomnio, inapetencia o depresión.

Dinero. Si se detectan movimientos extraños en su cuenta corriente o en la firma de talones.

Aislamiento. Cuando no puede recibir visitas ni comunicarse con amigos porque sus familiares se lo impiden.

Soledad. Cuando una persona mayor deja de llevar a cabo tareas cotidianas y se aísla progresivamente.

 

La Vanguardia (20.02.2008)

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