Jesús Eguiguren publica su receta para el «arreglo» del País Vasco

El presidente del PSE/EE, Jesús Eguiguren, el día que presentó "El arreglo vasco. Fueros, Constitución y política en los siglos XIX y XX" /   EFE / Gorka EstradaEl presidente del PSE lanza el libro 'El arreglo Vasco. Fueros, Constitución y políticas en los siglos XIX y XX'  |  Eguiguren ve tres posibles desenlaces: que el grupo abandone; su final a cambio de reinserción y una negociación  |  La paz sería posible con un pacto de no agresión, de no anulación y de no negación entre partes

Ignacio Orovio.- Paz, autogobierno y Constitución. Como si de una receta culinaria se tratase, la mezcla de estos tres ingredientes, en la proporción necesaria para que no se anulen entre sí, es la vía de salida al conflicto vasco; de "salida": no de "solución". Porque el "problema vasco" no tiene solución, pero sí "arreglo". La paz sería posible con una suerte de pacto de no agresión, de no anulación y de no negación entre partes. "Arreglo" es, para Eguiguren, la palabra clave para salir del túnel.

Esta es la tesis con que Jesús Eguiguren, presidente del Partido Socialista de Euskadi (PSE) e impulsor de las últimas – y fallidas-negociaciones con ETA, estima que podría verse la paz en el País Vasco. Esta teoría política está recogida en El arreglo vasco. Fueros, Constitución y política en los siglos XIX y XX,que acaba de publicar la editorial donostiarra Hiria y que prevé presentar en breve en Barcelona.

Doctor en Derecho, miembro de la Sociedad Bascongada de Amigos del País y de la Sociedad de Estudios Vascos y presidente del PSE desde el 2002 (y por tanto miembro del comité federal del PSOE), Jesús Eguiguren ha reconstruido la historia del autogobierno vasco, con sus leyes y estatutos, hasta sus orígenes en el siglo XIX: mucho antes de la aparición del socialismo (1886), el nacionalismo (1895) o la misma ETA (1959).

Eguiguren viaja en el tiempo y las leyes para levantar su teoría del "arreglo". "No existe ninguna otra alternativa, ni ningún otro medio de abordar con éxito la cuestión", asegura, sin entrar en la historia del terrorismo vasco o su análisis.

El transcurso de la historia, analiza Eguiguren, fue originando sociedades y pensamientos políticos cada vez más complejos. Cualquier avance o ruptura se truncó con la Guerra Civil y la dictadura, subraya, y cuando resurgió el debate, al morir Franco, había un elemento nuevo en la cazuela: una parte cuestionaba la pertenencia a España, lo que en el XIX no ocurría.

En la transición permanecía irresuelto, eso sí, el encaje de las Vascongadas en el Estado. He ahí una de las claves del "método Eguiguren". En el nuevo escenario post-Franco, algunos principios políticos o ideológicos – como la negativa de pertenencia a España-dificultan el consenso, pero no cabe pedirle a nadie que renuncie a su ideario. Eguiguren aboga por buscar el máximo consenso sin renuncias de ningún lado, con lo que plantea una vía – paz, autogobierno y Constitución-que esté siempre abierta. Política pura. Pero en paz, remarca. No hay política sin paz.

"Puede llevarse a cabo por partes y en distintos tiempos, abarcando múltiples acuerdos menores, no existiendo un momento de cierre definitivo sino siendo siempre una cuestión abierta".

Con esta propuesta – surgida de su tesis doctoral en Derecho-empezó a negociar a inicios de los 2000 un final negociado para ETA. Al otro lado de la mesa estaba el líder y entonces parlamentario de Batasuna Arnaldo Otegi. El diálogo, lentamente, avanzó; se anunció oficialmente y, tras diversas reuniones entre el gobierno y ETA, por un lado, y PSE, Batasuna y PNV, por otro, acabó fracasando.

La tesis de Eguiguren, y su apuesta porque todo sea defendible, fue compartida – al menos en su espíritu-por el propio Otegi, que defendió durante el proceso que cualquier opción fuese verosímil y hasta alcanzable, incluida la independencia. Batasuna, sin embargo, no llegó a desmarcarse nunca de la violencia de ETA y el "arreglo" no fue viable.

Frente a la "solución", el "arreglo" tiene "unas pretensiones más modestas. Más modestas y más realistas. Para saber que el problema del que tratamos no tiene una ´solución´ puntual y definitiva no hace falta recurrir a políticos y pensadores como Azaña y Ortega, basta con ser consciente de la enorme complejidad de una cuestión como la vasconavarra, pues para ambos territorios es aplicable el término". El método sólo quiere serlo para la "negociación y entendimiento de entidades diferenciadas".

El líder socialista vasco subraya que el nivel de autogobierno otorgado por la Constitución era inimaginable para el nacionalismo vasco-navarro antes de 1975. Alerta, además, de los riesgos de las decisiones unilaterales, sean del lado que sean, tanto por sus efectos nocivos para los consensos como por su efecto provocador (de reacciones en sentido contrario) en el resto de los agentes en juego.

Eguiguren trata de ahondar en las causas de la extrema resistencia del fenómeno terrorista. En parte, alega, se debe a "problemas de legitimidad del Estado que vienen de lejos y en la falta de cohesión interna en la propia sociedad vasca".

¿Cómo acabar con la violencia? Los tres desenlaces posibles son tres: el fin sin ningún tipo de transacción, la disolución de ETA a cambio de la reinserción de sus miembros o un fin tras una negociación. Esta última tiene la dificultad añadida de su elevado coste político y la ventaja de que permitiría incorporar al sistema todo un sector político y social. Exigiría combinar la firmeza del Estado de derecho y la oferta de una cobertura política para acelerar la paz", subraya el negociador.

La Vanguardia (25.12.2008)

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