En Alternativa Ciudadana Progresista, desde nuestra fundación en 2007, venimos denunciando el insistente error de buena parte de la izquierda española al haber concedido, desde las postrimerías del franquismo, el marchamo de “progresista” a las ideologías nacionalistas disgregantes que tratan de fracturar los vínculos de solidaridad entre las clases populares de los distintos territorios de España.
Y, en este sentido, venimos desde hace años reivindicando la necesidad de una nueva izquierda que luche por los derechos individuales, sociales y medioambientales de toda la ciudadanía, sin distinción de lenguas, origen geográfico o identidad cultural.
El nacionalismo –y cada vez lo estamos viendo con más fuerza– es una ideología intrínsecamente reaccionaria e insolidaria que defiende los privilegios de clase, apelando a una falsa solidaridad que sólo alcance a quienes comparten una lengua, una identidad cultural o una determinada vinculación geográfica, pero de la que queden excluidos todos los demás.
Por ello es especialmente aberrante que partidos y organizaciones que se reclaman de izquierdas, como Unidas Podemos, traten de justificar o amparar unos supuestos “derechos nacionales” que sólo sirven para desdibujar u ocultar los problemas reales de la insostenibilidad ecológica y la desigualdad social.
Es por ello que, ante las próximas elecciones del 26 de mayo, Alternativa Ciudadana Progresista llama a votar a aquellas candidaturas que mejor representen los valores progresistas, de la Ilustración y de la izquierda, y rechacen más claramente la insolidaridad y los privilegios que defiende el nacionalismo; candidaturas entre las que destaca, a nuestro entender, la del actual eurodiputado Javier Couso Permuy, que resultó elegido en las anteriores elecciones de 2014 en las listas de Izquierda Unida, pero que, en esta ocasión, se presenta por la nueva formación IZQUIERDA EN POSITIVO. E, igualmente, animamos a votar a las listas municipales de IZQUIERDA EN POSITIVO en todos aquellos municipios en los que dicho partido se presente.
Pero, ante la constatación de que siguen siendo muy pocas las listas de una izquierda nítidamente no nacionalista que se presentan en estas próximas elecciones autonómicas y locales, llamamos también a hacer un voto útil a favor de aquellas opciones políticas que más claramente se enfrenten y opongan, desde posiciones progresistas e ilustradas, a todos los nacionalismos insolidarios y disgregantes.
Y ello, especialmente en la ciudad de Barcelona, donde no podemos resignarnos a la falsa disyuntiva de optar entre la lista ultranacionalista de los tránsfugas Ernest Maragall y Elisenda Alamany, y la lista criptonacionalista de la actual alcaldesa Ada Colau, que tanto ha defraudado las esperanzas que hace cuatro años depositaron en ella las barcelonesas y barceloneses.
Junta de Alternativa Ciudadana Progresista
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