Gran parte de la deuda no es de la clase trabajadora sino de los culpables de la crisis y que en consecuencia no se debe pagar
Gema Delgado / Valoración del XIX Congreso del PCE por parte de José Luis Centella, reelegido Secretario Secretario General del Partido.
Mundo Obrero: ¿Cómo valora el desarrollo y resultado del XIX Congreso y en qué punto nos sitúa respecto al XVIII?
José Luis Centella: Realizo una valoración muy positiva sobre el desarrollo del XIX Congreso del Partido. Hemos sido capaces de ofrecer a la clase trabajadora de España una alternativa para luchar contra la crisis, para afrontar el futuro con esperanza de avanzar hacia una sociedad más justa y solidaria, y lo hemos planteado desde lo concreto, desde la realidad, pero dejando claro que el capitalismo no puede ser ni domesticado, ni reformado.
En relación con el XVIII Congreso, hemos avanzado en la concreción de nuestras propuestas y en señalar con más precisión la necesidad de tener un Partido organizado para la acción política, para la movilización, lo que necesita un PCE más activo, más visible y mejor organizado.
M.O.: Ya se han elegido prácticamente los 2/3 de la nueva dirección del Partido. ¿Cómo definiría esta nueva dirección que marcará la política del Partido durante los próximos cuatro años?
J.L.C.: Es una dirección que mantiene la continuidad para que en los próximos cuatro años culmine la reconstrucción del Partido e incorpora un número importante de cuadros que deben prepararse para tomar las riendas del PCE en un futuro nada lejano. Al mismo tiempo, es una dirección que se corresponde con la realidad del Partido en estos momentos, una realidad que no culmina su apuesta por la federalidad, lo que propicia órganos todavía más amplios de lo que sería deseable.
M.O.: Como dijo en el Congreso, vivimos en una situación de excepción. ¿Cuál es el papel del Partido en este contexto a corto y medio plazo?
J.L.C.: Este Congreso ha señalado que el reto del Partido es doble, por una parte organizar a la clase trabajadora para conquistar una salida social, anticapitalista y democrática a la crisis en lo que sería la configuración de un gran Bloque Social y Político Alternativo y por otra parte conseguir la hegemonía suficiente para que el proceso constituyente en el que estamos inmersos no lo gane el capital, que no pueda imponer su modelo de sociedad.
M.O.: El Congreso concluye con un llamamiento a la rebelión democrática en un momento de criminalización de la protesta ciudadana, un llamamiento que con el proyecto del nuevo código penal y del código de conducta ciudadana podría llevarnos a la cárcel. ¿Cómo concreta esa rebelión democrática?
J.L.C.: Es que si no nos rebelamos no será posible ganar la batalla a quienes están aprovechando la crisis para imponer la dictadura del capital, no sólo sobre la economía, sino sobre la misma vida de las personas, imponiendo patrones culturales, de ocio, de relaciones personales, consumistas y al servicio de la ideología más reaccionaria de la historia.
La rebeldía tiene que empezar por no asumir la derrota, por asumir que las cosas pueden cambiar, que desde la lucha social y política se puede derrotar al capital. A partir de esta disposición, tenemos que ser capaces de combinar las luchas clasistas, huelgas, manifestaciones, con otras acciones de rebeldía que los nuevos movimientos incorporan, desde la insumisión a los poderes establecidos.
M.O.: El Partido ha dejado clarísimo el No a un pacto de Estado. ¿Qué papel puede jugar esta posición dentro de una continua subida de la expectativa de voto de IU y de debilitamiento del bipartidismo?
J.L.C.: Nuestra negativa a dar continuidad a un Pacto de Estado que permita una continuidad al bipartidismo monárquico no es una opción electoral, sino el convencimiento de que en estos momentos de la historia de España es necesario romper con este esquema político y social, que muchos llaman régimen, para que sea posible poner la economía y todos los recursos del Estado para conseguir una salida de la crisis en beneficio de la mayoría social trabajadora.
Es evidente que una derrota electoral del bipartidismo ayudaría, pero sería insuficiente si no está acompañada de una gran derrota social, y en esta batalla es donde el PCE puede aportar más, en la batalla por una cultura crítica, en la defensa de un sindicalismo sociopolítico, en el desarrollo de un amplio Movimiento Democrático de Mujeres que recupere la lucha feminista como uno de los ejes de la acción política.
M.O.: Otra idea clara es la voluntad de unir fuerzas en un Bloque Social y Político para cambiar el sistema ¿Cuál es la línea roja de ese llamamiento a la unidad?
J.L.C.: No hay líneas rojas, la unidad que nos enseñaron Pepe Díaz y Pasionaria, no tiene líneas rojas, tiene compromisos concretos, el compromiso de no aceptar que el sistema capitalista se puede humanizar, y que por tanto cualquier bloque que se construya tiene que tener un carácter alternativo al sistema capitalista. Otro compromiso tiene que ser el carácter internacionalista de nuestra propuesta; por ello, nuestra defensa de la Paz y nuestra confrontación con quienes defiendan o justifiquen a la OTAN y a las agresiones a Libia, Iraq, Mali, Afganistán y un largo etcétera
M.O.: El Partido también se pronunció por la ruptura de este modelo de Europa del Euro. ¿Cuál es la alternativa del PCE y cómo va a trabajar de cara a las elecciones europeas que se celebrarán dentro de medio año?
J.L.C.: En este tema existió cierta confusión, porque superamos el debate entre quienes planteaban la salida inmediata del euro y quienes defendían un proceso constituyente de la Unión Europea, y lo hicimos buscando lo que nos unía a todos como era la denuncia de que, con este modelo de Unión Europea, en el marco del Euro es imposible, no ya una salida social, anticapitalista de la crisis, sino la simple salida de la crisis, porque el actual modelo social que se quiere imponer desde la Troyka, desde la Unión Europea, necesita que el sur de Europa y los países intervenidos no superen nunca un estado de crisis permanente que justifique todos los recortes y todas las imposiciones.
El reto ahora es convencer a la mayoría de la población, de que la Europa de Maastricht no es la solución de nuestro problemas, sino que forma parte del problema, que es un elemento fundamental a la hora de explicar nuestra crisis, en este camino veremos si la mejor forma de acabar con esta Europa del capital, de los mercaderes es la salida unilateral o su refundación sobre otras bases de integración territorial.
En las próximas elecciones Europeas se plantearán dos alternativas, la que defiendan los partidos del sistema, PP, PSOE, CiU, PNV, UPyD, de dar continuidad al actual modelo de Unión Europea, al servicio de la Banca y de los grandes capitales y la que defenderemos nosotros, en la alianza más amplia que sea posible, que debe plantear claramente que es posible una integración territorial horizontal, solidaria, al servicio de las personas.
M.O.: Europa fue uno de los debates que quedaron abiertos en el Congreso del PCE. En unos días, se celebrará otro congreso, el del Partido de la Izquierda Europea. ¿Qué papel juega el Partido en el PIE y qué expectativas tiene en el resultado de su IV Congreso?
J.L.C.: El PIE tiene el reto de referenciar con mayor claridad las propuestas sociales, desde el respeto a la realidad de cada Estado, este IV Congreso debería ser el de la definición de una propuesta sobre cómo debería ser la integración territorial europea, que supere a la actual Unión Europea, y el Congreso de un gran llamamiento a la izquierda mundial para construir un gran foro social y político que coordine e impulse las luchas en todo el planeta frente a la globalización neoliberal.
M.O.: Uno de los tres puntos del llamamiento con el que se clausuró el Congreso del PCE fue la auditoría de la deuda. ¿Qué posibilidades hay de llevarla a cabo?
J.L.C.: La Auditoria a la deuda externa, a la deuda odiosa, será posible desde el ámbito ciudadano, será posible si un gran movimiento social la impulsa, a modo de gran tribunal internacional que juzgue la trampa de la deuda. No olvidemos que la deuda pública de España era en 2006 tan sólo del 36,6%, mientras que en 2012 había alcanzado un 84,2% y se prevé que para finales de 2014 llegue a sobrepasar el 100%. Este espectacular crecimiento tiene su causa en las políticas que el Gobierno ha puesto en marcha para enfrentar la crisis creada por ellos mismos, se ha tratado de socializar las pérdidas privadas que han seguido a una década de privatización de las ganancias públicas.
Para el año 2014, está previsto el pago de 36.000 millones. En concepto de intereses a los acreedores de la deuda pública. Una cantidad que se detrae de otras partidas sociales en los Presupuestos y que únicamente sirve para acrecentar la riqueza de los propios acreedores. Situación que se da paralelamente a la barra libre que el Banco Central Europeo tiene instalada al servicio de las entidades financieras privadas. Así, éstas pueden financiarse a un tipo de interés muy bajo, en torno al 0,25%, y prestar ese dinero a su vez a los Estados a un tipo de interés mucho más alto.
Por ello, el XIX Congreso del Partido Comunista de España ha planteado la realización de una auditoría ciudadana de la deuda pública que permita delimitar qué parte de los contratos son ilegítimos, a partir de un criterio esencialmente solidario y de justicia social, y poner en marcha un proceso de reestructuración de dicha deuda. Entendemos que gran parte de la deuda no es una deuda de la clase trabajadora, sino de los culpables de la crisis y que, en consecuencia, no se debe pagar, trabajando con cuantos colectivos sociales, políticos o ciudadanos coincidan en este mismo objetivo.
M.O.: Los otros puntos del llamamiento son el reforzamiento de los poderes locales y la elaboración de una propuesta de democracia avanzada y participativa, algo que el Partido Popular está dinamitando a marchas forzadas, y eso que sólo ha llegado al ecuador de su legislatura. ¿Tenemos que esperar a gobernar para poder revocar todas las leyes de involución democrática del PP? ¿Llegaremos demasiado tarde?
J.L.C.: Es necesario mantener la presión social, tenemos que mantener la lucha como mejor garantía de que cuando el PP pierda las próximas elecciones se van a dar los cambios que hoy reclama la sociedad, lo hemos dicho, queremos acabar con la LOMCE, pero no para volver a la LOE del PSOE, y queremos derogar la Reforma Laboral de Rajoy, pero no para mantener vigente la de Zapatero, y estos objetivos solo se conseguirán si mantenemos la lucha social y no lo dejamos todo pendiente del resultado de las próximas elecciones.
El PCE ha mostrado en este Congreso su rechazo frontal a la Reforma de la Administración Local propuesta por el gobierno del Partido Popular, porque supone un golpe de Estado al municipalismo. El PCE defiende la necesidad de profundizar y mejorar el nivel competencial de los municipios españoles acompañado de un modelo de financiación que adecúe su capacidad de intervención en el territorio a las exigencias de los servicios que gestiona y que, en gran parte, deben contemplar los de carácter más social.
En ese sentido, apostamos por un desarrollo de los municipios como espacios y ejemplo de democracia participativa que estimule la vertebración social y comunitaria, empodere a la ciudadanía en la toma de decisiones y contribuya a la creación de poder popular desde la institución más cercana al pueblo trabajador, con una administración local que debe constituirse en el nivel del Estado donde los mecanismos de participación directa y vinculante fortalezcan el poder del pueblo trabajador en la gestión de los recursos y la determinación de las prioridades políticas.
Por ello, apoyamos todas las movilizaciones emprendidas en defensa del poder local y llamamos a seguir participando en ellas de manera activa para derrotar desde la calle la pretensión del Partido Popular por desmantelar el poder más cercano y los servicios básicos que desde los Ayuntamientos se llevan a cabo en favor de la mayoría social.
M.O.: Por último, después de la Conferencia Política del PSOE, ¿qué se ha movido en la socialdemocracia española?
J.L.C.: La cuestión no es lo que se haya movido la socialdemocracia, la cuestión es hacia dónde quiere moverse en la práctica, porque en Alemania se han movido hacia el acuerdo con la derecha, rechazando una posible alianza con La Izquierda porque le planteaba cambios profundos en la economía y en la sociedad alemana. La cuestión es si el PSOE sigue apoyando el bipartidismo monárquico como pilar del actual sistema, si mantiene su decisión de reformar con nocturnidad y alevosía la Constitución de 1978 para dar prioridad al pago de la deuda odiosa a la banca sobre los gastos sociales. O si sigue entendiendo que la OTAN es el mejor marco de alianzas internacionales para España. Estas son las preguntas que tiene que responder la socialdemocracia española a su propio electorado.
M.O.: Algo que quiera destacar en el inicio de esta renovación de mandato.
J.L.C.: Sí. Quiero resaltar la importancia del reencuentro en este Congreso con el Partido de los Comunistas de Cataluña, uno de los momentos más importantes desde el punto de vista político porque viene a marcar el camino para culminar la unidad de los comunistas en Cataluña.
También, en esta primera entrevista para Mundo Obrero después del Congreso, quiero felicitar a toda la militancia del Partido que hizo posible la celebración del XIX Congreso, a los más de 500 delegados y delegadas que participaron activamente en los debates, al resto de la militancia que aportó las más de 1.700 enmiendas que enriquecieron los documentos iniciales, a quienes han colaborado sin ser del Partido. Sinceramente, creo que debemos estar orgullosos del trabajo realizado.
Quiero, igualmente, agradecer personalmente el apoyo recibido, lo entiendo como muestra del reconocimiento de un trabajo colectivo, nunca personalizado en el Secretario General, de un grupo de personas que, como dije en la presentación del informe de gestión, se ha dejado la piel estos cuatro años para conseguir que hoy el PCE esté en mejores condiciones para cumplir su papel en defensa de la clase trabajadora.
Nos quedan por delante cuatro años duros, cuatro años de lucha, pero también cuatro años en los que podemos ganar batallas en defensa de nuestra clase, si seguimos unidos, si seguimos profundizando en las propuestas y sobre todo si somos capaces de llevar a la calle la movilización en torno a las propuestas aprobadas en este XIX Congreso.
Mundo Obrero, 12-12-2013
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