Sobre la manifestación secesionista del 11-S y la propuesta contramanifestación unionista del 12-O

Es evidente la huida hacia delante del nacionalismo que, interesadamente, CiU ha propugnado y gestionado con la intención de esconder las vergüenzas de su gestión de gobierno. La clase obrera en Cataluña ha sufrido los recortes de la derecha antes que la del resto de España. La imagen de un Parlament rodeado por catalanes cabreados con el gobierno autónomo, las continuas manifestaciones contra los recortes en sanidad y educación, el clamor de los más débiles contra el euro sanitario, han dado paso a un enardecimiento identitario; Mas se envuelve en la bandera y convoca a los patriotas a la Plaça d’Orient catalana. Nada como un baño de multitudes para esconder las miserias. 

Pero lo del 11-S fue algo más, fue un punto de inflexión que aboca a CiU a liderar la secesión, se colocó ante el abismo que ha estado amamantando desde antes de la transición. Ese precipicio del odio y la xenofobia con formato de propuesta secesionista es un órdago a la libertad, la igualdad y la fraternidad.

Desde mis posicionamientos ideológicos propugno un cambio social hacia la justicia distributiva que elimine las diferencias entre los ciudadanos, buscando la creación de una sociedad sin clases. Este ideal de la izquierda choca frontalmente con los postulados nacionalistas, más cercanos a la insolidaridad. El nacionalismo es una ideología al servicio de las clases burguesas o capitalistas que distraen a la clase obrera de su autentico objetivo emancipador.

 La actual situación en Cataluña y en toda España tiene responsables con nombres y apellidos, son los partidos políticos que han gobernado tanto a nivel estatal como autonómico. El Partido Popular, actual gobernante estatal y en la mayoría de las comunidades autónomas, está haciendo pagar a las clases populares y a parte de las clases medias (que se están reproletarizando) los costes de la crisis. Una crisis generada por el gran capital internacional, nacional y autonómico. Este proceso de pagar (la clase obrera) los platos rotos por otros (capitalistas) lo inició el anterior gobierno del Partido Socialista Obrero Español y, junto a ellos, Convergència i Unió adelanta en Cataluña las políticas de recortes del PP.

La actuación del Partit dels Socialistes de Catalunya -especialmente, durante las dos legislaturas en que gobernó- fue una huida hacia más nacionalismo, sentando las bases, al crear un nuevo estatuto de autonomía que rompía la Constitución, de la situación actual.

Para el próximo 12 de octubre se esta convocando una contramanifestación llamando a la unidad de Cataluña con España. Entiendo que los convocantes están errando en su actuación, pues el resultado de la misma, aunque sea muy numerosa, nunca podrá igualar al de la del pasado día 11-S y solo servirá para confirmar la estrategia de los secesionistas. No creo que enfrentar una identidad a otra sea lo más acertado; la única identidad posible es de clase. El concepto de pueblo no puede ser interclasista y no puede estar ligado a una nación, sino a una clase social, la clase obrera, y ésta no tiene patria. Existe un grave peligro por la fecha y por la más que posible presencia de elementos de la derecha nacionalista española y sus banderas preconstitucionales, equivalentes a las esteladas del 11-S.

Se argumentará la necesidad de unir fuerzas contra el secesionismo que es transversal e incluye partidos de izquierda. Desde nuestra visión la transversalidad identitaria solo nos lleva al olvido de los valores propios de la izquierda de igualdad y libertad. Los autodenominados partidos de izquierda PSOE e IU y sus versiones catalanas PSC e ICV-EUiA están haciendo una grave dejación de su responsabilidad ante la historia de la lucha por la emancipación de la clase obrera al dar soporte a ideologías tan retrógradas como las nacionalistas. Considerar a ERC de izquierdas me parece una boutade de mal gusto que sólo algún ingenuo puede creer.

Son más de treinta años de adoctrinamiento nacionalista que no se pueden contrarrestar en dos días. Pongamos la educación al servicio de la ciudadanía, hagamos un hombre nuevo, critico, sin tabúes étnico-identitarios.

No queda claro quién está detrás de la convocatoria a la contramanifestación y temo que haya elementos de corte fascistoide. La lucha contra los “enemigos del proletariado catalán”, como definía el anarquista Joan García Oliver en el año 1932 a los nacionalistas, no puede hacerse desde un frentismo identitario y transversal. No hay dialéctica Catalanismo versus Españolismo, sino Izquierda versus Derecha. Creemos un frente de izquierdas que luche por la igualdad y la libertad en Cataluña, un frente que agrupe a las gentes del PSC, de IU y a otros huérfanos de izquierda que no nos sentimos nacionalistas, que priorizamos la lucha por una sociedad más justa y que entendemos que la secesión de Cataluña es contraria a nuestros intereses de clase.

Vicente Serrano, presidente de Alternativa Ciudadana Progresista, 04-10-2012

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