La República no vendrá por la izquierda ni por la derecha, vendrá por abajo. Es importante tenerlo en cuenta, mucho más quienes desde unas posiciones ideológicas definidas defendemos un modelo republicano participativo, solidario y profundamente democrático.
Se da la circunstancia que la crisis económica internacional en nuestro país coincide también en el tiempo con una profunda crisis institucional y política – que nos impide responder al ataque sistemático de eso que llamamos los “mercados” -, junto a la inevitable decadencia de la monarquía, que pasa por sus momentos mas delicados desde que el actual Borbón fue coronado.
La democracia representativa ya no sirve; es incapaz de representar las aspiraciones y las necesidades de la sociedad, y además ha dejado de ser democrática. Por un lado porque los mercados la han inhabilitado completamente, y por otro porque en la era de la comunicación ya es imposible que un voto cada cuatro años pueda satisfacer la necesidad de participación política de cada vez mas ciudadanos.
Por todo ello es importante que todos y todas asumamos que dado que la Segunda República no va a volver, sus símbolos formaran parte del legado democrático de nuestro país, y muy probablemente no serán los de la Tercera.
La construcción de la Tercera República ya está en marcha, y está intimamente relacionada con el proceso de empoderamiento social que vive nuestro país desde hace meses y de crítica profunda del actual régimen, pero también de construcción de elementos nuevos de debate y participación. Ya se ha dicho por activa y por pasiva que el 15M no es una solución, sino un síntoma, pero un síntoma que avanza el elemento que puede convertir el advenimiento de la Tercera República en una verdadera transformación social y no sólo en una transición para que nada cambie y continúe al mando la actual élite gobernante. Ese elemento, que deberemos desarrollar a lo largo de los próximos años, no es otro que el Poder Popular.
Javier Parra
larepública (5.12.2011)
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