La gloriosa globalización, una vez some

La gloriosa globalización, una vez sometida a la llamada economía de mercado, se ha convertido en la más flagrante de las injusticias. Siglos de luchas por mejorar las condiciones de vida de la población, están siendo liquidados en pocos años. Tener que competir con países como la China nos está llevando a un callejón sin salida. Si esto no para (y no hay visos de parar) volveremos a ser la Europa depauperada exportadora de emigrantes que ya fuimos. La triste realidad de España es que los empresarios (incluso los que tiene algo de conciencia) están deseando que se abarate el despido para echar gente a la calle y largarse a producir a otros paises (lo que dicen «deslocalizarse» con esa ampulosa palabra que oculta una penosa realidad) «no podemos competir» dicen una y otra vez. Yo sería partidario de establecer aranceles o a algo parecido. No los aranceles de la autarquia, sino los que exige una elemental cuestión de justicia. Habría que gravar los productos de ciertos países con un diferencial «social»; cuantificar el diferencial de concidiones sociales, sanitarias, laborales en resumen, en todas sus facetas, y establecer un arancel consecuente. Claro que esto no es un programa económico, pero es una cuestión de justicia que habría que aplicar de alguna manera. Y además, sería la única forma de que no vayamos directamente al desastre.

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