Lo único que se prodría argumentar en contra de los hechos frente al Parlament es la violencia y la falta de respeto a las instituciones. Ciertamente hay que respetar a las instituciones. Pero no podemos olvidar que estamos en Cataluña donde desde mediados de los ochenta hemos visto actos de violencia y de ataque a las instituciones multiples y variados que han contado con la complacencia de los gobiernos autonomicos de turno: – Las andanzas y aventuras de Terra Lliure nunca tuvieron una respuesta condenatoria tan unánime. – Los actos de falta de respeto, de burla y de insulto a la institucion de la Bandera española y a la Casa Real realizados incluso por diputados catalanes nunca han sido objeto de tales reproches. – La tolerancia y permisividad con grupos okupas y antisistema – al punto de declararse antisistema una edil del ayuntamiento de Batcelona- ha hecho de Barcelona la capital europea del punckismo y de los antisistema. – Tenemos un govern con cinco sentencias sobre la mesa referidas a la inmersion linguistica que se niega sistematicamente a acatar y luego nos vine hablando de Estado de Derecho. – Hemos visto a un President de la Generalitat encabezando una manifestacion invitando al desacato de una sentencia del Tribunal Constitucional. Y despues de esta trayectoria ahora resulta que los indignados se ponen contra ellos. Y claro se enfadan y protestan. La estrategia para hundir al movimiento ha estado bien montada. Despues del fracaso del ataque del 27 de Mayo el Govern ha usado la tactica de hacer que los malos sean los otros, Y para ello montó un dispositivo policial claramente insuficiente y esto junto a alguonos infiltrados y a los violentos de simpre ha dado fruto.
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