A María San Gil no se le puede pedir objetividad por todo lo que ha pasado, entre ellas que Eta asesinará delante suyo a Gregorio Ordoñez. Lo único que puedo decir es que esta mujer no estuviera tan marcada por lo del País Vasco, le hubiera dado sopa con ondas a la Aguirre y cía como dirigente femenina del PP, tanto a nivel de carisma como de preparación. Lo digo yo, que no soy precisamente admiradora del PP.
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