Sinceramente y sin tapujos. La huelga general fue un fiasco, un fracaso desde el comienzo. Los grandes patriarcas del filosindicalismo -revolucionario o no según la subvención-, han demostrado con este acto caciquero y torpón que la ciudadanía reclama libertad; libertad para pensar, para opinar o para actuar. El individuo, per se, no es idiota y no necesita más padre que la razón. Si se buscaba una solución al nefasto sistema laboral español, no se ha logrado. ¿Por qué?, fácil, no era un acto reivindicativo era una lamentación, resignada y a destiempo. Los sindicatos son un obstáculo para el normal y fluido desarrollo de la económia de un país, ésta no es la Francia de la Revolución ni Méjico de principios del XX. El individuo debe ser el guardián de sus futuro, por ello, debe ser capaz de defenderse a partir de unos logros sociales, innegables y ya conseguidos, lo demás, es puro adoctrinamiento social. Los Estados están obsesionados por prohibir, que es lo que hacen los ineptos cuando no saben gobernar; sin embargo, con sucesos de este tipo provocados por supuestos representantes sociales, les damos la razón en eso de que el pueblo español todavía se mantiene en la adolescencia democrática. Jesús O. http://elbulevardelosimpropios.blogspot.com/
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