La verdadera desafección

Consultas ilegales soberanistasMontilla dice que existe el peligro de desafección a España. Más bien los datos parecen indicar que la desafección real es hacia la clase política catalana.

Mañana se celebran en 168 municipios de Catalunya unas consultas sobre los deseos de independencia bastante cutres y bananeras. Para justificar estos duros adjetivos, basta señalar el dato que ayer avanzaba La Vanguardia sobre los “observadores internacionales” de estas consultas. Como se sabe, estos observadores suelen ser especialistas en materia electoral que normalmente designa la ONU para asegurar la limpieza electoral en países con probabilidades de corrupción electoral.   
Pues bien, los observadores internacionales  que se envían para las consultas de mañana son, por lo visto, eurodiputados de Flandes, Córcega y Gales. Dada esta procedencia, imagino que se trata de amigos y compañeros de los organizadores de las consultas. Los controlados designan a los controladores: vaya, vaya con las garantías de imparcialidad.
Consultas, sin embargo, se celebran en Catalunya de muy diversos tipos, por ejemplo, los sondeos de opinión que llevan a cabo determinados organismos especializados. Hace una semana se publicó el sondeo  trimestral del CEO, el órgano oficial de la Generalitat en la materia. Algunos datos tienen interés, tanto para las consultas de mañana como por la situación política en general.
En relación con la consulta de mañana, puede destacarse que el 21,6 % de los ciudadanos son partidarios de la independencia, dato que se corresponde con el 19,1% que dicen sentirse sólo catalanes. Además, preguntados sobre cuál es el problema más importante de Catalunya, sólo el 3,4% considera que es la relación Catalunya/España  y sólo el 0’5% (último lugar entre las 17 cuestiones planteadas) considera que es la crisis de la identidad catalana. El 58,6% considera que el paro y la precariedad laboral son los más importantes problemas.   
En relación con la situación política de Catalunya los porcentajes son también muy interesantes. El 68,3% considera que la situación política es mala o muy mala y el 37,9% que la insatisfacción con la política es el principal problema de Catalunya, el segundo en la lista de los diecisiete enumerados (en marzo de 2006 era sólo del 3,7%). A la pregunta de qué partido puede solucionar mejor el problema que considera más importante, el 49,9% responden que ninguno y sólo el 33,2% responde que alguno de los actuales partidos.
La relación entre las cuestiones identitarias y la situación política parece evidente. Estos altos porcentajes de insatisfacción política parecen deberse a que nuestros políticos, en lugar de preocuparse de lo que interesa (por ejemplo, el paro y la precariedad laboral) dedican sus esfuerzos a las cuestiones identitarias (por ejemplo, la nación y los símbolos en el Estatut presionando al TC o las consultas de mañana). Montilla dice que existe el peligro de desafección a España. Más bien los datos parecen indicar que la desafección real es hacia la clase política catalana.

Francesc de Carreras, catedrático de Derecho Constitucional de la UAB

La Vanguardia (12.12.2009)

 

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