Desde que para seguir en La Vanguardia ha aceptado enfundarse su mala lengua (que era la única gracia de los artículos de Morán) y no tocar temas conflictivos, sus «sabatinas» son cada vez más soporíferas. Ya lo reconocía con todas las letras hace muy poco: «nosotros estamos con quienes nos pagan», escribía. Este artículo parece sacado de wikipedia.
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