Ya se sabe cómo el nacionalismo perjudi

Ya se sabe cómo el nacionalismo perjudica la economía catalana. Lleva más de treinta años practicando una política empresarial y comercial neogremial, endogámica, acentuada con la presencia de ERC en el gobierno estos últimos años, tendente a favorecer determinados intereses de la burguesía catalanista a través de gravar impositivamente a las empresas del resto de España, y de diversificar y complicar las normativas. Todo con la intención de ir allanando el terreno hacia la secesión y culpar demagógicamente, con hipócrita sarcasmo añadido, a l´»Estat espanyol» de la crisis en la que se ha sumido la sociedad catalana. Las trabas a la libre empresa se complementan con la política antiobrera de promocionar tan sólo a quienes paguen el peaje identitario y de contraponer los trabajadores catalanes a sus homólogos de otras comunidades. Las cuotas lingüísticas son la muestra más evidente del saboteo de la igualdad entre los ciudadanos, de la institucionalización de la competencia desleal y del atentado contra la libre circulación de empleados por todo el territorio nacional. En una economía integrada, la aceleración del «efecto frontera», con las miras puestas en la definitiva secesión, no es más que una flecha envenenada contra la economía de un país y contra el bienestar de la población. Y eso sin contar con el enorme gasto público que supone la multiplicación de las Administraciones, la implícita dificultad para seguir economías de escala cuando se realizan las inversiones necesarias, y la dilapidación sistemática de los fondos destinada a la manirrota «construcción nacional» y a la opaca red clientelar que conlleva.

Sé el primero en comentar en «Ya se sabe cómo el nacionalismo perjudi»

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


Traducción »