No creo que Sosa Wagner, europeísta convencido, se refiera a las cuestiones identitarias tal como las sienten los nacionalistas, más bien creo que lo hace para ubicarnos a niveles geográficos y económicos. Estos nacionalistas han tegiversado tanto las cosas que hasta la palabra identidad hace que gente con grandes principios la cuestione. Que hay que ser realistas que no se trata de caer en extremos, no existe nada a nivel absoluto, todo es relativo. Puestos así nadie podría denominarse ni chinos, ni españoles, etc. Estoy con Ernesto, estos nacionalistas «oficiales» siguen teniendo el pensamiento en el S. XIX, que incluso sería lógico movimientos tipo La Reinaxença por parte de la burguesia catalana en esa época cara a sus intereses de clase, pero que extrapolarlo a los tiempos actuales es un gran disparate por lo absurdo que es. No tienen en cuenta que el mundo se ha vuelto muy pequeño en cuanto a movidas económicas, no así a nivel demográfico: casi 7.000 millones de personas. Por mucho que quieran e intenten poner barreras lingüísticas (lo de barreras lo digo pensando en los sudamericanos que son los más numerosos) a los inmigrantes pobres, que no a los ricos ya se sabe, esto va a más en lo que se refiere al caos debido a la debacle económica. Ya veremos que pasa con las lenguas y demás delirios nacionalistas. No sé si al final se impondrá el chino, China es cada vez más pujante. Y son 1300 millones de chinos; nos ganan por goleada en lo que refiere a parlantes de un mismo idioma. Mal lo tenemos los europeos con tantos delirios nacionalistas, y tan desunidos. Mientras sigan imperando el sentimiento del terruño, el Parlamento Europeo y la Comisión Europea, como siempre serán lo más parecido a un jarrón chino, bonito pero con apenas utilidad. Siempre a merced de los terruños.
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