El español Vicente Aleixandre, Premio Nobel de Literatura, analiza el amor como «destrucción». Dice un poema:»quiero amor o la muerte/quiero morir del todo/ quiero ser tú…». El presidente Albert Rivera en un acto de amor y para salvar Ciudadanos lo ha abrazado y ya son una misma cosa «quiero ser tú». Es posible que en el éxtasis mueran los dos: Partido y Presidente diluidos en Libertas. Traducción popular: «La maté porque era mía».
Aleixandre escribe con técnica surrealista, la misma adoptó Ciudadanos y que, lamentablemente le llevará «por amor» a la destrucción, al suicidio político. Porque «surrealismo» es presentarse ante la sociedad como adalid, del «no nacionalismo» e ir coaligados con partidos con ribetes nacionalistas como UPS, y no menos surrealista coaligarse con una pléyade de partidos y partidillos cobijados bajo Libertas. Qué es: ¿partido, coalición, plataforma?. Lo cierto es que varios integrantes de Libertas les une el prefijo «ultra», que expresa lo que va mas allá, añade extensión e intensidad. La palabra «ultraconservador» o «ultracatólico», se percibe como «fanático», porque va mas allá de lo razonablemente católico conservador. Ciudadanos ha abandonado la Razón y la Ilustración, por ello no es de extrañar que muchos militantes hayan huido, se hayan desmarcado de tales compromisos con «ultras».
No menos «surrealistas han sido las formas. Un partido que se arrogó el paradigma de «democracia interna», ha terminado por practicar con asiduidad y notable éxito, las lacras y tics no democráticos. O quizás haya sido la ingenua confianza de muchos Consejeros, y muchos afiliados que luchamos hace tantísimos años contra el nacionalismo y sus abusos, que nunca ambicionaron cargos ni prebendas, y que no supieron prever estos desmanes, ni acertaron a corregir el rumbo. Ha sido un rosario de acciones encaminadas a ningunear a personas, cargos y grupos, que pudieran disentir con lo propuesto por el presidente Albert Rivera y el comité ejecutivo. La defenestración del anterior presidente del Comité General, Enrique Calvet, persona cualificada, sensata y comprometida (hoy en las listas de UPyD), inició una escalada abierta hacia el presidencialismo encubierto, o democracia tutelada. Siguieron el nombramiento ad hoc del actual presidente del comité general, Javier González, (autoproclamación «presidente en funciones» a las cuatro de la mañana, y en firme, con votación «controlada», después).Presidente que nunca ha estado a la altura del cargo, y a quien se le han ausentado ostensiblemente de las asambleas un buen número de consejeros al comprobar las «chapuzas» consentidas, incluso promovidas por él (voto de calidad para inclinar una determinada opción ventajosa para la Presidencia).
El relato del último Comité General publicado por Antonio Robles en Libertad Digital es una descripción ajustada a la realidad. Dicho comité general fue la culminación del «surrealismo político».Una asamblea de decisión política , que «tenía que aprobar» (era ineludible) lo pactado de antemano por Albert Ribera. Era imprescindible que en la votación saliese un sí rotundo, para no invalidar el pacto. Porque aunque los Estatutos de Ciudadanos prescriben la prioridad de la opinión del Comité General sobre la acción del Ejecutivo, la firma del pacto con Libertas se realizo 8 días antes de la ratificación del General. El presidente Javier González (¿al dictado?) diseñó un modelo de asamblea que no permitió argumentar con conocimiento suficiente, ni debatir las consecuencias de la coalición, ni de quiénes eran los coaligados, ni cómo se articulaba el compromiso. No había tiempo, ni información suficiente para votar con responsabilidad. Conscientemente se nos ocultó información relevante. Sólo tuvimos conocimiento de «unos principios» tan generales que no podrían ser rechazados por nadie.
Combatir los abusos en cualquier empresa humana no será lo mas conveniente para quienes no podrían sobrevivir sin esas empresas, pero, sí son ineludibles para regenerar la vida política, sobre todo si se cierran los cauces para poder disentir.
He asumido siempre las consecuencias de mis actos, pero ni la coalición Libertas-Ciudadanos, ni las formas internas que se han instalado en Ciudadanos las comparto. En mi nombre, no.
El Mundo (9.05.2009)
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