La auténtica desafección

La auténtica desafección¿Qué se descubrirá al hacer públicos esos informes tan secretos? Anhelantes estamos de conocer su contenido

El Govern Montilla se empeña en no respetar la legalidad. Le ha sucedido al incumplir sistemáticamente tres sentencias del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya y una muy reciente del Tribunal Supremo que le obligan a incluir en los impresos de matriculación de los niños de primera enseñanza, porque así lo prescribe la ley catalana de política lingüística, una casilla para que los padres puedan expresar su voluntad sobre la lengua – catalán o castellano-en que deben ser escolarizados sus hijos.

En los últimos días ha vuelto a reincidir en el incumplimiento de la ley al negarse a cumplir la petición del diputado de CiU Jordi Turull para que le sean facilitados los informes externos encargados por tres departamentos de la Generalitat, precisamente los dirigidos por Montilla, Carod y Saura, líderes del tripartito. Al negarse estos departamentos a hacerlos públicos, el diputado Turull ha reclamado el amparo del presidente de la Cámara señor Benach, que, a la vista del artículo 5.3 del Reglamento de la Cámara catalana, ha requerido a Montilla para que facilite estos documentos. Naturalmente, la pregunta es: ¿qué se descubrirá cuando se hagan públicos tales informes, tan secretos? Anhelantes estamos de conocer su contenido y el nombre de sus autores.

Algunos confiamos ingenuamente en que el cambio en el Govern en el 2003 serviría para dar paso, por lo menos, a una nueva forma de hacer política. Cuando menos, pensamos, se mejoraría en la transparencia de la Administración y no se llevarían a cabo los dispendios en gasto público y los favores clientelares de los gobiernos anteriores. Quizás no se esperaba mucho más, pero por lo menos eso parecía seguro. La sorpresa ha sido que ni siquiera en eso ha habido cambios y, en casi todo lo demás, las cosas han ido a peor.

No son de extrañar, por tanto, ciertos datos del último sondeo de opinión efectuado por el CEO, el CIS catalán, organismo dependiente de la Generalitat. Sobre la situación política de Catalunya, el 56,6% de los catalanes opinan que es mala o muy mala y sólo el 23,4% cree que es buena o muy buena; sobre si los políticos tienen en cuenta lo que piensa la gente, el 70,1% opina que no y sobre si los políticos sólo buscan el propio beneficio, el 66,6% opinan que sí. Porcentajes todos ellos que deberían ser alarmantes en democracia, que no son nuevos ni sorprendentes, pero que no parecen inquietar a nuestros políticos, cómodamente instalados en sus poltronas, despilfarrando en gastos inútiles, sólo responsables ante sus propios partidos y sin importarles la creciente abstención electoral de los últimos años. Como sostenía ayer Josep López de Lerma en su habitual columna en Expansión,la desafección no es de Catalunya respecto de España, como dijo Montilla, sino de los ciudadanos de Catalunya respecto de sus políticos.

Francesc de Carreras, Catedrático de Derecho Constitucional de la UAB.

La Vanguardia (28.02.2009)

Sé el primero en comentar en «La auténtica desafección»

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


Traducción »