Según el diccionario de la Real Academia progreso es “ir hacia adelante”. De ese concepto viene luego el de progresistas o progresismo, que es como se define el gobierno de mi país a través de su Presidente.
Pues bien, después de los últimos acontecimientos cinegéticos en los que participaron un Ministro del gobierno de España y un Magistrado -dos conocidos progresistas-, deberíamos cambiar la definición del diccionario. No vamos hacia adelante sino hacia atrás, desgraciadamente vuelve el vasallaje de unas personas sobre otras.
Si visionáramos de nuevo las realistas y magníficas películas de tema cinegético que reflejan tiempos pasados no muy lejanos, por ejemplo “La escopeta nacional” -buenísimo “Saza”-, o “Los santos inocentes” -increíble “Rabal”-, veríamos que se refleja en ellas la realidad de la sociedad franquista que parece es a la que vamos, pero con mayor gravedad, pues hoy el régimen español es una democracia parlamentaria con una Constitución que debería respetarse por todos y más por el gobierno de la nación.
La separación de poderes, que es lo mejor de la democracia, está diseñada para que nadie tenga demasiado poder y frenar a presidentes de cualquier ideología -que podíamos calificar como hace D. Manuel Jiménez de Parga como presidencialistas-, cuyo poder debiera estar limitado por los otros poderes del Estado que en teoría podrían frenar sus decisiones, como por ejemplo pasa en USA con Obama y la Justicia norteamericana.
La democracia debe vigilar a sus gobernantes por distintos medios y el mejor es el de la separación de poderes, esa era la teoría de Montesquieu en el siglo XVIII, donde el poder judicial debía ser el árbitro que imparcialmente aplicara el reglamento de juego en democracia.
Hoy en España, y dado como está estructurada la Justicia, es imposible acercarnos a la teoría del pensador francés. Si uno de los poderes es elegido por el otro, nunca podrá ejercer de arbitro ni será imparcial frente a los demás poderes del estado.
Ni en sus más altas instancias los tribunales españoles son libres e independientes. Miren la vergüenza del Tribunal Constitucional y su sentencia pendiente, de sonrojo democrático e ineficacia pactada entre quién sabe. Pero ¿por qué, señores y señoras, esa actitud de miedo y de falta de responsabilidad democrática? Es un escándalo su lentitud, el tiempo en resolverse y los trapicheos judiciales y políticos frente a una sentencia esperada por todo el pueblo español y que, aprovechado este ínterin, políticos que se creen listos y solamente son unos listillos además de redactores del Estatuto de Cataluña, pongan en marcha competencias todavía no firmes sobre representación internacional. Pero es imposible pedir lealtad a esa clase de ciudadanos que dicen no ser españoles.
Si en su día el Tribunal Constitucional no otorga a las comunidades esa competencia de política exterior, los suntuosos gastos efectuados por esos políticos les serán reclamados política, civil o penalmente. Para más recochineo, como saben, algunos de esos gastos quedan en la familia. Esto va por esos independentistas que aparte de vivir bien y engordar sus cuentas y sus cuerpos aprovechan la incapacidad y la tardanza de la Justicia para intentar conseguir sus nunca negados objetivos de independencia, pero ni por esas. Todo a gran velocidad por si acaso los jueces del Constitucional, muy tardíamente, dictan una sentencia contraria a su ideología trasnochada, caduca, casposa y retrograda que va en dirección opuesta al progreso que también ellos ponen en su propia boca, pero que ya no engaña a nadie.
Volviendo al episodio de la caza, no sólo hay que ser honrado sino parecerlo. Qué hacen los poderes del estado juntos y revueltos en momentos precisamente electorales. Las elecciones se deben ganar no por demérito del contrario sino por el trabajo bien hecho, pero este gobierno poco bagaje tiene en ese campo. No quiero defender al PP, pero si este episodio ocurriese con un gobierno de la derecha hasta los sindicatos saltarían a la calle gritando franquistas, clasistas y explotadores de la clase obrera, vean sino que son sus empleados en las cacerías, ojeadores, perreros, secretarios y todo ese paramento. Yo no me meto con los cazadores y tengo amigos animalistas y comprendo y respeto a ambos pero, dónde están éstos últimos, dónde se oye su voz protestando por la muerte de animales.
Señores la ESTÉTICA ES LA ÉTICA DE LA MORAL, no es estético que dos sabidos socialistas progresistas hagan esa demostración de clase porque nadie se cree ya que los gobiernos socialistas defiendan en primer lugar al obrero, sino parece que defienden sus privilegios, no sé si serán o no nuevos ricos pero por lo menos lo parecen, esa ostentación, ese poderío, con las armas en la mano y los cadáveres a sus pies… Esa foto de ambos personajes no es estética ni ética, ni representan los valores socialistas de igualdad y no discriminación..
¿Pero progresismo no era ir hacia delante o cambiar la realidad? Pues sepan ustedes que ideológicamente algunos de los que nos mandan van hacia atrás, a prácticas franquistas y a tener al pueblo español divido entre señoritos y lacayos, como en los viejos tiempo de la España que yo creía que no volverían, la España cañí de siempre, de pandereta, caciques, terratenientes, sombreros de copas y vegueros. Y sobre todo, dónde dejan la división de poderes. Este país es peculiar en todo el mundo, sólo dos pinceladas de esta singularidad: la primera, en ningún otro país del mundo ocurre que los padres no puedan elegir el idioma de educación de sus hijos, y segundo, aquí, casi seguro ya, una niña con 16 años no puede votar ni fumar, pero sí puede abortar. Para acabar y darle mi particular homenaje en el bicentenario de su nacimiento a mi compatriota Mariano José de Larra, que nació el 24 de Marzo de 1809, traslado para todos una frase de las muchas que escribió: “AQUÍ YACE MEDIA ESPAÑA. MURIÓ LA OTRA MEDIA”……………………………………………………………………………….………QUÉ PAÍS
Antonio Pavón
asturiasliberal.org (23.02.2009)
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