Libertad

Colegios segregados por sexosCelia Villalobos exhortó la semana pasada a la unidad del PP, argumentando que "con las cosas de comer no se juega". Tiene toda la razón y por eso, aunque las imágenes que la cúpula de Génova nos ha regalado últimamente son una tentación para cualquier lector de novelas -¡cuánta Dueña Dolorida, cuánto Bartleby, cuántos Estupiñás y cuántas Bringas en tan poco espacio!-, prefiero ocuparme de una noticia importante que ha pasado casi desapercibida. Una cosa de comer hoy, y sobre todo, de comer mañana.

Respeto. Igualitarismo. Dignidad. Sentido de la equidad. Solidaridad. Compañerismo. Naturalidad. Habilidades sociales. Entropía. Conciencia del cuerpo. Conciencia del cuerpo del otro. Educación cívica. Educación sexual. Educación física. Comprensión. Tolerancia. Capacidad para apreciar las diferencias y para valorar las similitudes. Un conocimiento más profundo de la estructura de la sociedad. Una profundización de los valores democráticos. Una democratización de la vida escolar. Libertad para elegir, para decidir, para aprender a cocinar o a jugar al fútbol. Libertad… Hasta aquí, sólo algunas de las ventajas de la coeducación.

Los responsables del centro concertado de Salamanca que pretende separar niños y niñas dicen que ellas son más listas y sólo pretenden mejorar el rendimiento de todos. Como el Supremo dictaminó que segregar por sexos no es ilegal, la Consejería de Educación está dispuesta a respetar la "libertad de elección de los padres". Y ya sé que, con la que está cayendo, esto parece una nadería. Pero el PP se hundirá, se escindirá, se refundará, o se enfangará aún más en el vicio de su autocomplacencia, y, cuando nadie se acuerde de Correa, esgrimir la palabra "libertad" contra la posibilidad de educarse en igualdad seguirá siendo uno de los atentados más graves que pueden infligirse a la propia libertad.

Almudena Grandes

El País (16.02.2009)

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