Francisco Sosa Wagner, Catedrático de Derecho Administrativo y candidato de UPyD en las elecciones europeas
«El ciudadano debe saber que lo que se discute en Europa es capital para nuestras vidas diarias»
Unión Progreso y Democracia (UPyD) quiere dar un paso más en su camino de consolidación como formación política. Su objetivo es subir un peldaño más en las elecciones europeas del próximo 7 de junio y ratificar los buenos resultados obtenidos en los pasados comicios generales. La persona elegida para encabezar la lista al Europarlamento es el catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de León Francisco Sosa Wagner. Su empeño, en los próximos meses, será explicar a los ciudadanos todo lo que está en juego en estas elecciones donde se deciden «temas fundamentales en la vida diaria». Sosa Wagner, además, critica la gestión del Gobierno socialista, especialmente ante la actual crisis económica, y cuestiona los resultados del nuevo modelo de financiación autonómica que, a su juicio, beneficiará a las regiones ricas.
«El Gobierno no puede convertirse en un mero coordinador de los intereses regionales»
-¿Cree que la población está mentalizada ante unas elecciones al Parlamento Europeo?
-Debe estarlo. Lo que se juega en estas elecciones es mucho. El ciudadano tiene que tener muy claro que lo que se decide en Europa es capital para nuestras vidas diarias. Las cosas más inmediatas, como los aditivos de las comidas, las ruedas de los coches o el ruido de los electrodomésticos en casa, están reguladas por normas europeas. Además, los españoles tenemos una deuda de gratitud con las instituciones europeas. Buena parte de nuestras infraestructuras más modernas se deben a la solidaridad de otros países europeos.
-Lejos de asumir esa deuda de gratitud, los españoles no dejan de mostrar cierta indiferencia ante lo que pase en el Europarlamento.
-Todos tenemos la obligación de explicar la importancia que estos comicios tienen para todos. La sociedad debe tener claro que las leyes que se aprueban en las cámaras nacionales proceden en un 80% de las instituciones europeas.
-¿Teme una participación baja?
-Me preocupa, sí. Europa tiene que construirse con el respaldo de los ciudadanos. La participación es la mejor forma para superar lo que muchos denominan como déficit democrático. Tienen que involucrarse en el proceso para que los parlamentarios españoles tengan el mayor de los respaldos posibles.
-¿Considera posible que el actual contexto de crisis económica pueda influir en la movilización?
-Debería influir en la movilización. No se puede resolver ningún asunto importante sin la colaboración y la participación de otras instancias europeas. Problemas energéticos, alimentación… Todo esto hoy en día no se puede resolver dentro del ámbito nacional. La conclusión es que las instituciones nacionales, en cada uno de los países, son instancias políticas y administrativas que se han quedado pequeñas y por eso surgió este gran invento que es la UE. Un proceso que, no lo olvidemos, se está desarrollando también en otros continentes.
-¿Servirán las elecciones para examinar la respuesta del Gobierno ante la incertidumbre financiera?
-Eso es evidente. Entiendo que es lógico que los ciudadanos utilicen sus votos para respaldar o castigar a unas siglas por la gestión que se haya hecho en sus ayuntamientos, gobiernos autonómicos o en el Ejecutivo central.
-¿Castigarán por tanto a Rodríguez Zapatero y su Gobierno?
-Sospecho que sí. Así lo dicen las encuestas. El partido que represento, por el contrario y según los sondeos, experimenta un ascenso muy significado. La ciudadanía examinará a los gobernantes.
-¿Son las elecciones un nuevo escaparate para UPyD?
-Debemos intentar confirmar el gran paso que se dio en las generales. UPyD fue la revelación, nadie daba un duro por la candidatura de Rosa Díez, que logró un escaño con el que está provocando una gran revolución en el Congreso. ¿Cómo se explica que una sola diputada condicione buena parte de la agenda política? Nuestra meta, ahora, es ratificar todo eso. Las impresiones son muy buenas.
-¿Cómo se va a desarrollar su campaña para convencer a la gente de que acuda a votar?
-Vamos a ir a todos los sitios donde podamos para trasladar nuestros mensajes. En Europa se debaten cuestiones de nuestra vida diaria y que, por tanto, nos afectan.
-Usted ha sido muy crítico con el planteamiento del Gobierno de promover un reforma del modelo de Estado en la anterior legislatura. Ahora toca la financiación autonómica. ¿Cree que era el momento adecuado en el contexto de crisis?
-No era el momento. Los españoles estamos asistiendo a un espectáculo sorprendente. Sólo así se entiende el espectáculo de los presidentes autonómicos yendo a poner la mano a La Moncloa. Con esto no niego que tengan derecho a exigir dinero, pero la prioridad sería que todos, sin excepción, nos pongamos de acuerdo. Esta crisis tendrá una importante repercusión en la estructura política y organizativa. Influirá en las estructuras económicas y en las ideas políticas que las han sustentado. Ahora, no se puede retocar el sistema financiero como si no se hubieran dado cuenta del asunto.
-¿Falla entonces el sistema?
-El presidente del Gobierno debería tener la posibilidad de preguntarles a los presidentes en qué gastan el dinero y no lo puede hacer, porque no tiene mecanismos constitucionales, y eso es extraordinariamente grave. Tenemos que ver cómo funcionan los servicios públicos, si hay despilfarros, si no los hay… Habrá servicios que se están gestionando bien y otros mal. ¿Cómo es posible que el Estado que aporta los fondos no pueda saber cómo se está gastando el dinero? Luego está el elemento de bilateralidad. Hay que criticarlo sin matices. Una procesión de presidentes que suben y bajan las escaleras de La Moncloa no es propio de una negociación seria. En Alemania, que lleva a cabo un proceso similar, se formó en 2007 una comisión que abarca a todos los agentes políticos y que tiene como meta lograr un modelo que esté listo este año. Cualquier persona que tenga acceso a internet puede ver todos los documentos sobre los que se está discutiendo. Esto es una forma seria de actuar que contrasta con esta manera frívola de afrontar el problema ingente que significa la financiación autonómica. El Gobierno no puede convertirse en un simple coordinador de los intereses regionales.
-¿Vislumbra ese riesgo en el proceso que se desarrolla en España?
-Se puede constatar con facilidad que será así. Anteriormente, los gobiernos dirigieron siempre los procesos autonómicos. El Ejecutivo actual a todo lo más que aspira es a coordinarlo.
-¿Tiene la sensación de que ha sido una comunidad la que ha marcado los ritmos?
-Cataluña levantó la bandera, luego se apuntaron otras detrás. Es normal que el presidente andaluz, Manuel Chaves, pidiera una reunión después del encuentro entre Zapatero y Montilla. Sin embargo, creo que esa no es forma de actuar por parte del Estado.
-¿Considera posible contentar a todos los presidentes regionales?
-Lo que no es admisible son los pactos bilaterales. Son pura palabrería. El ejemplo alemán debería ser un espejo donde mirarse.
-Lo que parece evidente es que el Estado podría perder capacidad económica en beneficio de las autonomías. ¿Piensa usted así?
-El Estado se esqueletiza poco a poco y que eso lo esté patrocinando un partido que se denomina como socialista es una extravagancia histórica.
-¿Debemos temer por la pérdida de un principio como la solidaridad, tan reclamado por Asturias?
-El sistema que se está diseñando favorece a las comunidades ricas. Las pobres saldrán perjudicadas. Se están inventando cada día unos fondos que hay que llenarlos de dinero. ¿De dónde lo van a sacar? Tienen que explicarlo. Ahora nos enteramos de que el Estado está en construcción, pues que nos den los planos.
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SALTO A LA ARENA POLÍTICA
Formación: licenciado y Doctor en Derecho por la Universidad de Valencia. En 1976 se le nombró agregado de la Universidad de Oviedo. Fue secretario general de dicha universidad durante el rectorado de Teodoro López Cuesta. Durante la Transición militó en el Partido Socialista Popular.
Modelo autonómico: fue miembro de la Comisión de Expertos que diseñó el modelo autonómico y secretario general técnico del Ministerio para las Administraciones Públicas entre diciembre de 1982 y enero de 1987. Participó en la redacción, a propuesta del PSOE, del Estatuto de Autonomía de Asturias.
Universidad de León: desde la década de los ochenta es catedrático de Derecho Administrativo en esta institución, donde formó parte del tribunal que enjuició la tesina de Zapatero sobre la autonomía de Castilla y León y que fue calificada con sobresaliente cum laude.
elcomerciodigital (27.01.2009)
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