El desastre de la educación en Cataluña (I)
Un instituto de Santa Coloma tiene dos profesores para 70 niños recién llegados
En el IES Can Peixauet, el 30% de los estudiantes ha llegado en los últimos meses a Santa Coloma. En un alto porcentaje son adolescentes de origen chino, pakistaní y bangladesí que ignoran el catalán y el castellano. En estos momentos, cerca de 70 jóvenes asisten a la denominada aula de acogida, en la que se enseña las bases del idioma. Sin embargo, la masificación que afecta a los colegios de Santa Coloma se ha extendido también a las clases especiales para extranjeros, lo que ralentiza el aprendizaje de la lengua.
En el caso del Can Peixauet, 15 alumnos han ingresado después de que se iniciase el curso y otros 15 chicos esperan para ser escolarizados en el centro. La presión de nuevas matriculaciones ha saturado las aulas de los tres primeros cursos de la ESO del instituto. "Si en una clase tienes a tres o cuatro chicos que no entienden nada el problema es mayúsculo, porque acabas desatendiendo a los demás", explica Juanjo Gallardo, subdirector del Can Peixauet y profesor de Historia.
Los maestros apuntan que la lección se imparte con tiento para evitar que broten agravios. "Es normal que se produzcan, porque estamos encima de los que le cuesta seguir la clase para explicárselo todo al detalle", relata Gallardo, que se las ingenia para que el grupo no se le desmadre mientras asiste a los foráneos. "Los chavales ayudan cuando ven que un compañero no comprende lo que se le dice, pero hay quien siente celos y pregunta: '¿Por qué haces más caso al chino que a mí?'", atestigua.
La conselleria d'Educació tiene asignadas dos profesoras para el departamento de acogida del instituto. "Resulta insuficiente, porque implica que cada maestra debe atender de 30 a 35 alumnos", indica Gallardo.
Mientras, se ha convertido en habitual que los profesores se apoyen en los estudiantes extranjeros que dominan el idioma antes de hablar con los chicos que se agarran al diccionario para descifrar los deberes y con sus padres. "Recurrir a los chavales nos ayuda, pero que traduzcan simultáneamente interrumpe la clase", se queja Gallardo.
El Mundo (27.10.2008)
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