Krugman arroja luces sobre el origen de la actual crisis y apuesta por el gasto público
A. G. – A diferencia de lo que suele ser habitual con muchos premios Nobel, el de Economía de este año no ha suscitado la consabida pregunta: Y ése, ¿quién es? Paul Krugman se ha dado a conocer al gran público como el mayor crítico de las políticas del Gobierno de George Bush. Una posición muy conocida gracias a sus dos columnas semanales en The New York Times –muchas de ellas publicadas por EL PAÍS- y al blog que mantiene en ese periódico bajo el título La conciencia de un progresista, el mismo que su último libro.
Ni un solo día ha faltado Krugman a su cita en ese blog, donde cuelga varios comentarios a lo largo de la jornada. Algún lector incluso le ha pedido que se tomara unas pequeñas vacaciones para disfrutar del alrededor del millón de euros que supone el galardón. Ni por ésas.
El mismo día en que la Academia Sueca anunció el premio, entre llamadas de teléfono, felicitaciones y ruedas de prensa, Krugman incluyó entre sus varios mensajes del día un enlace para intentar facilitar a sus lectores la comprensión de la teoría del nuevo comercio internacional por la que ha sido premiado. Un análisis sobre los patrones comerciales y sobre dónde se lleva a cabo la actividad económica que desarrolló hace ahora treinta años.
Esa vena didáctica es una de las señas de identidad de sus columnas y de sus intervenciones y también puede percibirse en los dos artículos adjuntos.
En el primero, La hora de la política fiscal, Krugman defiende el gasto público como principal instrumento para combatir la crisis actual y suavizar el perfil de la recesión que se avecina. A su juicio, no es momento de pensar en el control del déficit público ni en la austeridad presupuestaria que para muchos se ha convertido en bandera en estos últimos años.
¿Quién es Milton Friedman? es otro tipo de artículo. Un análisis de fondo sobre la figura y el legado del economista estadounidense, el más influyente desde el británico John Maynard Keynes, y cuyas tesis, precisamente, cuestionó. Friedman fue el precursor de las políticas en favor del libre mercado, la desregulación y el liberalismo. Unas tesis que el propio Krugman cuestiona en su artículo y, con ello, arroja muchas luces sobre los orígenes de la actual crisis financiera.
El País (19.10.2008)
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