La ONU reclama más de 20.000 millones contra la hambruna
A los 923 millones de personas hambrientas podrían sumarse los 290 que están en riesgo de pobreza
"Tanto la crisis de alimentos como la financiera no son fatalidades – indica Mateu-, sino frutos de políticas equivocadas frente a las que se reacciona rápidamente si la crisis es nuestra. En cambio, se pospone el cumplimiento de las recomendaciones de la FAO". Justamente, el director general de la FAO, Jacques Diouf, lamentaba ayer que de los 19.305 millones de euros que se estimaron necesarios en junio para erradicar el hambre sólo se haya recaudado el 10%.
"Tenemos un grave problema – asegura Mateu-, pues todas las políticas agrarias de las que disponían países del Sur en los años 80 y que les permitían asegurarse stocks para afrontar sequías, tener bancos de semillas o presionar para acabar con los aranceles de la importación de cereales que procedían del exterior, se han quedado en la cuneta. Nos hemos cargado su agricultura interna y ahora dependen de la externa, que tiene los precios por las nubes". Así lo denuncia IO en el informe Precios de doble filo,pues afectan tanto a consumidores como a productores.
"En un mundo coherente, los altos precios de los alimentos deberían haber sido una oportunidad para los pequeños productores del Sur. Sin embargo, vemos como políticas agrícolas y comerciales equivocadas, tanto de los países en desarrollo como de la comunidad internacional, han impedido que los pequeños productores se beneficiaran de esta subida. Son a menudo las grandes multinacionales las que reciben esos beneficios", lamentó Arián Arpa, directora general de IO.
La crisis alimentaria afecta de forma menor a Brasil o México, que han construido una política agrícola. En cambio, en otros como Guatemala, el número de funcionarios de extensión agraria que apoyan a la población campesina han pasado de 70.000 en el año 80 a 700. Y en Mozambique hay un funcionario por cada 30.000 agricultores. IO llama a gobiernos del Sur a recuperar la soberanía alimentaria, "independientemente de lo que diga el Banco Mundial", y a los países ricos a aumentar el porcentaje de ayuda al desarrollo destinado a agricultura, que ha pasado del 18% en 1990 al 4%. E insiste en un cambio de política comercial: menos dumping y subvenciones a la exportación en los países del norte. Y España anunció ayer que eliminará los créditos FAD.
Sé el primero en comentar en «El precio del hambre: un 0,7% de la ayuda contra la crisis»