No es la solvencia, sino la liquidez

liquidezHay que lograr que la liquidez llegue a empresas y familias de forma directa

Ciertamente, la situación financiera de Estados Unidos no es la de Europa, ni por supuesto es la de España, no ya por listos, sino porque el boom que atravesaba la economía española había hecho innecesarias tales prácticas. Pero son ya muchos los analistas que reclaman para Europa una operación financiera similar a la norteamericana (el denominado plan Paulson). Este fin de semana el G-4 europeo más el FMI lo han estado discutiendo.

Sin embargo, la estrategia del "originar para distribuir" (ingeniar activos para esparcirlos después en los mercados) es responsabilidad estadounidense y, en este sentido, como dicen algunos, es conocido el principio económico por el cual quien contamina, paga. En nuestro país, el problema aquí y ahora no es tanto el de la solvencia, sino el de la liquidez. Por ello los esfuerzos deben dirigirse no a protocolizar futuros rescates financieros, sino a garantizar que los buenos proyectos económicos no sean abortados por el drenaje de liquidez que los mercados imponen, y que las familias no sufran con la crisis más de lo debido.

Por otra parte, no creo que un rescate público comprando activos tóxicos solucione la falta de confianza en el sistema financiero. En especial si dichos activos se compran con dinero del contribuyente al precio real efectivo que tienen, y no al precio alto que creían algunos banqueros que tenían. Inyectar este dinero al precio correcto (y no subvencionado) tapa un agujero pero no soluciona que aparezcan otros, y no necesariamente ayuda a la recuperación económica. Sin un freno al paro, una mejor combinación de consumo y ahorro, generación de renta y mejoras de productividad, cualquier solución es pan para hoy y hambre para mañana. Peor aún, abre un escenario de hambre que no llama a espabilar, sino a confiar de nuevo en que se multipliquen a futuro los panes y los peces. Por ello, estimular la economía deviene clave. A las empresas – y si se incide en las exportadoras mejor-, para que les llegue la liquidez directamente, bypassando si hace falta la intermediación financiera, hoy temerosa y preservadora para sí de la liquidez inyectada. Con avales precisos que disminuyan primas de riesgo o que señalicen que en caso de morosidad el rescate empezaría por estos créditos y no otros. A las familias, ofreciendo alternativas de reversión que eviten caídas mayores de consumo y que se empobrezcan más de lo necesario los ciudadanos. Mi propuesta favorita es permitir separar la nuda propiedad del usufructo en la vivienda. Con una cláusula de reversión para tiempos mejores, una familia puede bajar a la mitad la carga financiera que hoy soporta en sus hipotecas, con garantía de permanencia durante muchos años (toda su vida) en el uso y disfrute de la vivienda, y sin tener que malvivir padres e hijos hoy para que los herederos reciban, de aquí a muchos años, la propiedad completa. Si interesáramos a fondos soberanos en activos de nuda propiedad ello supondría, amén de garantizar los activos hipotecarios, inyecciones de liquidez exteriores. Y si los fondos no respondieran a la llamada de una propiedad que a largo plazo siempre ha representado un valor creciente y seguro, de todas las intervenciones públicas subsidiarias, ésta es la que probablemente menos abuso moral crearía. Sin duda, otras opciones pueden instrumentarse para ayudar a empresas y familias. Aquí debiera situarse el foco de los analistas, mediocampistas que deberían ya concluir sus rondos y ayudar a los delanteros a mirar portería.No parece que con convocatorias públicas a banqueros los políticos ayuden hoy a recuperar la confianza de los ciudadanos. El activismo selectivo, con hechos y no palabras, es mejor antídoto.

Guillem López Casanovas

La Vanguardia (7.10.2008)

Sé el primero en comentar en «No es la solvencia, sino la liquidez»

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


Traducción »