Entrevista con Rosa Díez, diputada y líder de UPyD

“Hay ciudadanos que en las últimas elecciones votaron al PP y que hoy ven a UPyD como una opción que les gusta”
 “Y luego hay mucha gente votó al PSOE por miedo a que ganara Rajoy, pero no ha votado a gusto” 

Látigo del Gobierno, desvelo para el PP y azote de los nacionalistas, Rosa Díez se ha hecho un hueco en el Congreso para disgusto de muchos y agrado de cada vez más. Su despacho en una de las calles de mayor postín de Madrid contrasta con el aire que destila; lleno de luz, es un sitio sencillo, práctico y hasta juvenil. No hay muebles rococó ni maderas nobles ni cuadros lujosos. Decoración funcional para una mujer que habla sin perífrasis ni circunloquios. Para una mujer que un día, descontenta con Zapatero, decidió abandonar su partido de toda la vida para emprender un viaje incierto. Fundó Unión, Progreso y Democracia (UPyD) y hoy su voz se alza en la cámara de los leones, no sin algún que otro zarpazo. El escaño en Madrid, los más de 300.000 sufragios y los últimos datos del CIS, que otorgan a UPyD un notable ascenso en estimación de voto enmarcan una conversación en la que Rosa Díez no miró en ningún momento el reloj.

Dónde se siente más aislada? ¿en este despacho cuando se queda sola? ¿o en el Congreso cuando está lleno hasta la bandera?

Nunca estoy sola. No me siento aislada en ninguna parte. Me siento muy a gusto con mi piel, y muy a gusto con lo que hago porque sé que represento a mucha gente. Mi voz es la voz de mucha gente, de muchos más de los que me han votado por cierto. Nos han votado 303.535 en unas elecciones en las que la mitad de los españoles no sabía ni que nos presentábamos.

En el Congreso no tiene a ningún otro compañero de UPyD. Así es muy difícil arrancar aplausos…

Yo no estoy en el Congreso para que me aplaudan los que están ahí sentados sino para representar a la gente que nos ha votado y a otros que no nos han votado pero que creen que hace falta un partido que tenga el valor de decir la verdad sin complejos y sin prejuicios. Yo no busco el aplauso.

No busca el aplauso, pero es verdad que se ha encontrado ya con algún abucheo…

Los del PP me cuentan que tienen instrucciones de no mudar el gesto cuando hable, de no mostrar satisfacción ni complicidad. No sé si es temor ¿o qué? Y los del PSOE también me cuentan que tienen instrucciones de no contradecirme en las comisiones para no darme –dicen ellos– mayores oportunidades. Pero a los del PSOE les pueden las tripas, y han empezado a abuchear. Es tremendo: el PSOE abucheando la libertad. Allá ellos con sus contradicciones.

Barómetro del CIS. Si el PSOE mantiene sus cifras en estimación de voto, y el PP pierde confianza en una proporción parecida al avance de UPyD, ¡está claro que Rosa Díez está encontrando un filón en los votantes desencantados del PP!

Nosotros tenemos un espacio propio. A mí me parece muy bien que quien esté desencantado por haber votado a otro partido no se sienta obligado a seguir votando a quien ya le ha defraudado. UPyD encuentra ahí una bolsa de votantes, pero también hay mucha gente que no tenía ilusión por la política y que la ha recuperado. Ilusión, esperanza y emoción son las palabras que más me repiten por la calle: ¡me ha devuelto usted la ilusión por la política!¡iba a abstenerme!

Ya, pero “a río revuelto, ganancia de pescadores”. Mi pregunta es: ¿Del río revuelto en el que naufraga hoy el PP puede “pescar” votos UPyD?

Seguro. Seguro que hay ciudadanos que en las últimas elecciones han votado al Partido Popular que hoy ven a UPyD como una opción que les gusta. Pero hay que tener en cuenta que el voto a UPyD, que es un partido pequeño que no va a ganar las elecciones, no es un voto de desencanto, es un voto de reacción. Y luego hay mucha gente, además, que ha votado al PSOE por miedo a que ganara Rajoy, pero que no ha votado a gusto.

Rosa Díez es, y ha sido, un problema para Zapatero. Lo nuevo es que en Génova empiezan a verla a usted también como un problema, como una amenaza, ¿lo percibe usted así?

Los dos grandes están muy preocupados. Tienen motivos porque en España, como en Europa, hay una crisis del sistema de partidos tradicionales, una crisis de modelo. El modelo clásico ha caducado y la gente busca no sólo otra política sino también otra forma de hacer política. Y las dos grandes fuerzas políticas lo saben. Saben que este bipartidismo es ficticio e imperfecto. Que los partidos que hacen de bisagra no sean nacionales sino nacionalistas es una imperfección de la democracia.

Imagínese que, tras esta entrevista, llama a la puerta de este despacho María San Gil. Ella le dice que el PP le ha decepcionado, que quiere seguir en política y que quiere hacerlo desde las filas de UPyD, ¿qué le responde Rosa Díez?

Ese es un escenario imposible. María si se va del PP, se irá de la política. Sólo hay que conocerla, y sólo hay que saber cómo llegó a la política María. María ha hecho política por un sentido del sacrificio y del deber. No porque le guste la política en el buen sentido de la palabra, no por afición.

¿Le da usted la razón a María San Gil en el rifirrafe que ha protagonizado dentro del Partido Popular?, ¿hizo bien en abandonar la ponencia política?

Ella hizo lo que le dictó su conciencia, y eso siempre está muy bien. No hay nada más loable que eso.

¿Acierta ahora el Gobierno, como piensa Rajoy, en la lucha antiterrorista?

Acierta en el discurso. Hace ahora un discurso mucho más próximo a eso que le hemos venido reclamando en los últimos cuatro años. Pero yo estoy aún a la expectativa de los hechos. Realmente, de fondo, no ha cambiado nada. El presidente del Gobierno se comprometió en la investidura a hablar con todas las fuerzas políticas democráticas para buscar un acuerdo sobre la estrategia para terminar con ETA. Que yo sepa con los únicos que ha hablado es con los nacionalistas, que son los que acaban de retar al estado de Derecho. Al único que ha recibido ha sido a Ibarretxe.

UPyD defiende sin ambigüedades el uso del castellano en comunidades autónomas como Cataluña, País Vasco y Galicia, ¿cree que el hecho de que aparezca usted como el azote del nacionalismo le permite ‘pescar’ votos en la derecha?

Defender el derecho de los ciudadanos a educar a sus hijos en castellano no es ser el azote del nacionalismo. Es defender un principio básico constitucional. Defender la libertad y la igualdad no es un azote. Es política de Estado. Lo que yo denuncio es la discriminación que sufren los ciudadanos, no las lenguas. Las lenguas no tienen derechos. El castellano no puede ser discriminado. Quien sufre la discriminación es quien no puede educar a sus hijos en la lengua materna si ésta es la lengua castellana, que es la lengua de todos. O quien es discriminado porque valoran para acceder a una plaza en la administración, de forma abusiva, el conocimiento de la lengua oficial de esa comunidad autónoma, aunque no sea necesaria para el desenvolvimiento del puesto de trabajo. 24 puntos vale el euskera para ser médico, 3 ó 4 puntos un master en Estados Unidos…

Cambiar la Ley Electoral es para UPyD prioritario, ¿cómo es posible hacerlo sin borrar del mapa a los nacionalistas y sin que éstos lo vean, como hace Artur Mas, como una “declaración de guerra”?

La ley no se ha cambiado porque no les ha interesado nunca a las grandes fuerzas políticas. Los dos partidos mayoritarios son los más beneficiados. Es una ley que se hizo para favorecer el bipartidismo. Y luego favorece la concentración de voto, por lo que beneficia también a los que se presentan sólo en una comunidad autónoma. Pero yo no quiero echar del Parlamento a los nacionalistas, quiero que mi voto como ciudadana valga lo mismo que el suyo. Que mi voto valga lo mismo que el de mi vecino que vota al PNV, y no seis veces menos. Si hubiera un sistema representativo UPyD tendría más escaños que el PNV, Esquerra Republicana, Coalición Canaria o el BNG.

estrelladigital.es, 11/06/2008
Armando Huerta

Madrid