En la especie humana se da un curioso fenómeno, el que se produce en casi todos los clanes y tribus políticas donde con harta frecuencia es mayor la inquina habida entre los de la familia que la que apunta a los miembros del bando contrario. Es conocida la anécdota referida a Winston Churchill y un joven y novato parlamentario conservador que se sentaba a su lado en la bancada. Se cuenta que en el momento que hacían su entrada los parlamentarios laboristas el joven comentó «Ahí vienen nuestros enemigos», a lo que Churchill respondió «No se confunda, joven, los de enfrente son sus adversarios; sus enemigos son los que se sientan a su lado». Ahora que lo pienso, me digo que la valiente Rosa Díez no tiene a sus lados en el parlamento a nadie de su partido, lo cual me lleva a evocar lo dicho por Ibsen en su Enemigo del pueblo: «El hombre más fuerte del mundo es el que está solo», sin importar que en este caso se trate de una mujer, y que en rigor tampoco pueda decirse que esté sola.
[Dentro se puede leer la respuesta a este artículo de Carlos Martínez Gorriarán (extraida de su blog)]
Sin embargo, en Cataluña hay cierto malestar entre algunos afiliados de Unión Progreso y Democracia. Existen militantes disconformes con Angel Hernández, el coordinador local, al que atribuyen en parte los magros resultados electorales habidos en las cuatro provincias. No faltan los que apuntan más arriba para señalar al catedrático Carlos Martínez Gorriarán, miembro fundador de ¡Basta ya! y posteriormente de Plataforma Pro, de la cual nació UPyD. Martínez Gorriarán actualmente es uno de los principales dirigentes del Partido. A Hernández lo culpan de desidia y de poner obstáculos al dinamismo de afiliados entusiastas; a Martínez Gorriarán le adjudican actitudes autoritarias que se contradicen con la vocación democrática del Partido. Por supuesto, nadie objeta a Rosa Díez.
Sucede que las crisis y los conflictos de intereses personales susceptibles de lastrar la unidad y la eficacia de una formación política no sólo hacen mella en partidos con mucha solera, también pueden sufrirlas los más nuevos y pujantes, sobre todo cuando se producen discordancias entre la dirigencia y un sector significativo de las bases; más todavía si éstas advierten que las prácticas de la cúpula no concuerdan con los modos que conforman el ideario.
En un artículo reciente, en estas mismas páginas, Leonor Mayor resume el rosario de conflictos internos que se suceden en los diferentes partidos de Cataluña. De paso destaca el que agita al agónico Ciutadans, que llevó a dos de sus destacados integrantes a proponer un congreso extraordinario con la clara intención de remover al presidente de la formación.
Sin necesidad de utilizar sismógrafos especializados, las crisis y hasta el posible declive de cualquier organización política pueden ser detectadas en el momento que desde la dirección se implementan medidas o actitudes que entran en contradicción con las ideas que justificaron y dieron fundamento a la creación del partido.
El autor de estas líneas no pretende presumir de clarividente, pero no se privará de recordar las advertencias que expresó cuando veía venir la crisis en Ciutadans y las posteriores opiniones que en su día lo hicieron receptor de reproches por parte de dolidos afiliados. El 14 de junio de 2007 este escriba publicó un artículo en estas páginas con el título «Ciutadans: hora de lavar la ropa sucia», dos semanas más tarde, le siguió «Ciutadans: la hora de renovarse». En noviembre del mismo año, el artículo publicado tuvo por título «El colapso de Ciutadans», y en el pasado febrero el último de la serie: «Más sobre el colapso de Ciutadans», los que suscitaron amargas recriminaciones de parte de quienes no tomaban en cuenta que el autor de ningún modo expresaba un deseo sino la constatación de un hecho cierto, aunque lamentable.
Volviendo a lo que ocurre actualmente con UPyD en Cataluña, no puede obviarse que hay elementos ocupados en echar más leña al fuego, uno de ellos puede que sea Julián de Fabián, que en el Congreso Fundacional de Ciutadans en el que fue elegido Albert Rivera también se postuló para presidente de la formación. De de Fabián se sospecha que es el responsable del boletín difundido por correo electrónico bajo el epígrafe «Cibercabras», donde con excepción de Rosa Díez se machaca a medio mundo, especialmente a Martínez Gorriarán. Las razones del autor o los autores del citado boletín hacen hincapié en el carácter supuestamente poco democrático de la cúpula del partido. Aducen que un proyecto surgido del desencanto con los políticos debe estar más abierto a las ideas y de ningún modo puede parecerse al de partidos «rancios y convencionales» como el PSOE o el PP. Con la misma lógica se argumenta que un proyecto de regeneración democrática está obligado a demostrar que lo es, ya que jamás podrán brotar peras de los olmos y la transversalidad (principio ideológico de UPyD) se prueba en los hechos. El argumento principal es que un partido nuevo y diferente ha de facilitar a sus miembros presencia pública e interpretación propia del discurso para generar un estallido de ideas, pues según ellos la organización tiene que estar al servicio de los ciudadanos y nunca a la inversa, ya que la democracia no brota de la autoridad sino que la autoridad debería surgir de la democracia.
Así las cosas, el principal reclamo es la pronta realización de un congreso que se anticipe a las próximas elecciones autonómicas.La idea es que puedan elegirse democráticamente los cargos hasta hoy designados a dedo. Sin embargo, otros afiliados, entre los que se encuentra Martínez Gorriarán, sostienen que realizar un congreso en el momento actual demostraría una seria irresponsabilidad que entorpecería la buena marcha del Partido. No faltan los que señalan como ejemplo los congresos de Ciutadans, que pusieron a la cabeza de la organización un presidente inexperto, surgido del azar, y para nada practicante de la democracia interna. Por otra parte, María Teresa Giménez Barbat, que fuera integrante del grupo impulsor de Ciutadans y actualmente es la portavoz de UPyD en Cataluña, alega que no existen tales vicios antidemocráticos, ya que en UPyD desde el primer momento se plantearon las cosas con esas características, de manera que las cartas siempre estuvieron sobre la mesa y todo el mundo sabía a qué atenerse. No obstante, informa que el congreso se convocará para octubre del 2009.
Al recordar los buenos tiempos de Ciutadans, de tan breve trayectoria, quienes lo acogimos con entusiasmo no podemos negar que fue el embrión de las nuevas corrientes opuestas a los nacionalismos periféricos e identitarios y al servicio de los siempre renovados ideales de libertad e igualdad, y aunque terminara colapsando ha servido como abono para que fructificara un partido como UPyD. Afortunadamente, es difícil que UPyD, liderado por Rosa Díez, corra la misma triste suerte de Ciutadans. Ojalá no nos equivoquemos, pero es urgente resolver los conflictos internos para que ni por asomo vuelva a pasar más de lo mismo.
El Mundo (8.05.2008)
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Contestación de Carlos Martínez Gorriarán (extraida de su blog):
La edición catalana de El Mundo publicó el pasado 8 de mayo un artículo de Lázaro Covadlo titulado “Para que UPyD jamás colapse". En dicho artículo se me cita varias veces en relación con el funcionamiento del partido en Cataluña. Vaya por delante que agradezco profundamente al señor Covadlo los buenos auspicios que expresa en su artículo. Sólo quiero añadir que esta carta no hubiera sido necesaria si nos hubiera dado la oportunidad de aclarar algunas afirmaciones que contiene. Por ejemplo, y ya que me alude directamente, las “actitudes autoritarias” que algunos afiliados me atribuirían. Lejos de mi la ingenuidad de suponer que no habrá dentro de UPyD -y no digamos fuera- quien tenga de mí y de otros, como Angel Hernández -a quien estamos profundamente agradecidos por su trabajo, desempeñado en condiciones muy dificiles-, no sólo esa moderada opinión, sino otras realmente irreproducibles.
En este país, que no brilla por su cultura democrática, empeñarse en que se respeten las normas libremente adoptadas por un partido, así como las resoluciones que se toman siguiendo las mismas es, para algunos profetas despistados del puritanismo democrático, nada menos que “actitudes autoritarias”. La democracia es, también, una dictadura de las leyes, aunque eso cueste creer aquí, donde se incumplen tantas. Las normas de funcionamiento de UPyD, que son públicas y todos los interesados pueden consultar en nuestra web (www.upyd.es), y que naturalmente se aceptan con el acto de afiliarse, fueron aprobadas por unanimidad en la asamblea fundacional celebrada en Madrid los días 22 y 29 de septiembre de 2007, y renovadas en varias reuniones posteriores del Consejo Político, sin que nadie haya presentado alternativas al modelo que aprobamos. Por tanto, o esos “críticos” del “déficit democrático” gozosamente anónimos ocultaron en su momento sus verdaderas intenciones, o no saben de lo que hablan porque se niegan a participar aceptando las reglas que nos hemos dado. Por no perder el tiempo con quienes consideran el no va más de la democracia editar un libelo digital para difamar a la gente y enviar su cizaña a direcciones de e-mail robadas en blogs y foros. Algo, por cierto, que es un delito según la Ley de Protección de Datos.
Carlos Martínez Gorriarán (9.05.2008)
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