Las promesa del Sr. Zapatero en el sentido de que se compromete a hacer una devolución de 400 euros a los trabajadores y pensionistas que pagan Impuesto sobre la Renta es difusa y admite diversas interpretaciones
Primera interpretación. El Sr. Zapatero habla de trabajadores y pensionistas que pagan Impuesto sobre la Renta, además Zapatero defendió, la medida como "progresista" porque las personas con sueldos más bajos, que pagan menos IRPF, prácticamente dejarán de pagarlo, mientras que para los que más ingresos tienen la ayuda es muy pequeña, "no va a llegar al 1%". Si se analiza seriamente la frase "pagan Impuesto sobre la Renta" hay que llegar a la conclusión de que sólo se beneficiaran los contribuyentes cuya declaración sale positiva o a pagar, porque los contribuyentes de IRPF pagan solo la cuota diferencial positiva el resto se lo retiene la empresa o las Administraciones publicas. En consecuencia cuando se habla de pago sólo puede asociarse a declaraciones positivas.
Dentro de esta interpretación de que se benefician sólo los trabajadores y pensionistas que pagan Impuesto de la Renta es decir aquellos cuya declaración es positiva y teniendo en cuenta que en España había, según datos de la memoria de la Agencia Estatal de la Administración Tributaria, en 2006 37.752.083 obligados tributarios de IRPF de los que unos 20.933.575 no presentan declaración de renta por no llegar a los mínimos para declarar y que de los restantes 16.818.508 contribuyentes que si presentan declaración, 12.957.312 son a devolver y el resto es decir 3.861.196 presentan declaraciones a ingresar, nos quedaríamos pues con 3.861.196 de potenciales contribuyentes beneficiarios de la deducción de los 400 euros. Si sobre esos potenciales 3.861.196 aplicamos los porcentajes estimativos de declarantes de rendimientos del trabajo y pensionistas sobre el total de declaraciones presentadas, es decir, un 80%, tendríamos que sólo unos 3.000.000 de contribuyentes serían los potenciales beneficiarios de los 400 €, lo que supone que sólo un 7% del total de los 37.752.000 de obligados y de los que presentan declaración sólo se beneficiaría un 17%
¿Quiénes serían esos 3.000.000 de afortunados españoles que se beneficiarían de la medida?
Si tenemos en cuenta que el sistema de retenciones español está diseñado para que las retenciones a cuenta cubran prácticamente la cuota integra del IRPF resulta que aquellos contribuyentes que sólo tienen un sueldo y que, además, tienen deducciones y reducciones o por vivienda o por hijos o por planes de pensiones, etc.; lo normal es que su declaración resulte a devolver y, en consecuencia, los beneficiarios potenciales de esta medida tan progre del Sr. Zapatero serían contribuyentes que tienen rentas de orígenes diversos como pensiones y sueldos pagados por distintas empresas u organismos simultáneamente o sueldos y pensiones mas otros rendimientos como rendimientos del capital y rentas inmobiliarias o incrementos de patrimonio, es decir, los contribuyentes que se beneficiarían según esta interpretación serían los de rentas de trabajo y pensionistas de rentas mas altas del país y quedarían excluidos, por tanto, los autónomos y pequeños empresarios, los mileuristas, los pensionistas de rentas medias y bajas, los trabajadores que viven exclusivamente de un sueldo, los jóvenes que están pagando hipotecas, etc. Si esto es progresismo tendrán que cambiar los manuales de economía.
Segunda interpretación: Con posterioridad fuentes de del PSOE parece que han puesto de manifiesto que la medida podría concretarse a través de la reducción de las retenciones. Si tomamos esta interpretación de forma aislada lo que no explican los señores del PSOE es que las retenciones son pagos a cuenta y que una reducción de las mismas no supone ninguna rebaja en el Impuesto ni beneficio fiscal alguno porque lo que te rebajan hoy se lo cobran mañana mediante un mayor pago o una menor devolución, por lo tanto, esta rebaja sólo supondría un incremento momentáneo de las disponibilidades de fondos en manos de los contribuyentes que puede crear una ilusión monetaria con consecuencias inflacionistas pues la gente puede verse tentada a gastar un dinero que posteriormente tendrá que pagar en su IRPF.
La ultima interpretación, parece la más plausible ya que según fuentes socialistas se tratará de una deducción en la cuota del IRPF por importe de 400 euros a partir del ejercicio 2008 y que entrará en vigor en junio. La forma precisa en que Hacienda devolverá ese dinero pues no se sabe -si será devuelto o restado de las retenciones mensuales por IRPF- será decidida por el primer Consejo de Ministros después de las elecciones. La medida tendrá un coste de 5.000 millones de euros al año y afectará a 13,5 millones de trabajadores y pensionistas.
En consecuencia parece que se rebajarán las retenciones de forma tal que a los contribuyentes con declaración negativa les resultará una cantidad a ingresar de unos 400 euros y, simultáneamente, se regulara una deducción en la cuota de 400 euros. Esta sería la medida menos injusta porque podría alcanzar a los 13.500.000 de contribuyentes de IRPF con rentas del trabajo y pensiones que presentan declaración por este Impuesto. Este supuesto supondría un menor ingreso para el Tesoro Público por IRPF de 5000 millones de euros que acabaríamos pagando todos los contribuyentes o mediante una subida de otros impuestos o mediante la disminución de los servicios públicos. Aún así, seguirían quedando fuera los profesionales, los autónomos y pequeños empresarios, así como los 20.933.575 de ciudadanos que no presentan la declaración por tener niveles de rentas por debajo de los mínimos.
Así mismo la rebaja lineal de 400 euros a todos los contribuyentes de rentas de trabajo de forma lineal atenta gravemente contra la progresividad del Impuesto y, en consecuencia, contra su función redistribuidora. Pues no es lo mismo un contribuyente que gana 1.500 euros al mes que otro que gana 6.500, en consecuencia, estas ayudas o deducciones deben guardar una cierta proporcionalidad con el nivel de renta de los contribuyentes poniendo atención en que no se desvirtúe la progresividad del Impuesto y, por ende, su función redistribuidora.
Silvia Hierro (ex miembro de Socialistas en positivo), 7.04.2008.
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