En la sede de su partido, UPyD; ubicada en un pequeño piso de la calle Orense de Madrid, hay una actividad frenética, lo que resulta llamativo teniendo en cuenta que ya han pasado las elecciones. Cuando la periodista se interea por el motivo, una de sus colaboradoras, que se define como ex militante socialista «y de familia de socialistas de toda la vida», señala, visiblemente emocionada, que sólo en los dos días siguientes a la cita electoral dieron de alta a 700 nuevos militantes y que han recibido un aluvión de peticiones por internet de personas interesadas en colaborar desinteresadamente en el proyecto, lo que les tiene literalmente desbordados.
El pequeño hall de entrada -transformado en oficina, zona de recepción y sala de usos múltiples- está únicamente decorado con una amplia reproducción de la portada del MAGAZINE de EL MUNDO donde Rosa Díez aparece representada como Agustina de Aragón. El símil sirve de excusa para que la nueva diputada reconozca que se siente como el David que ha ganado la primera batalla al Goliat del bipartidismo a pesar de tener a casi todos en contra. «El milagro se ha obrado porque se puede hacer política de otra manera. Nosotros la haremos en el Parlamento y en la calle para que nadie tenga que votar tapándose la nariz. Ya estamos preparando las europeas y municipales», señala con un optimismo contagioso.
Dice que su primera iniciativa parlamentaria será pedir un cambio de la Ley Electoral para evitar casos como el ocurrido con UPyD, que teniendo más votos que el PNV tiene cinco diputados menos. Afirma que el permiso que el Congreso le dio a Zapatero para negociar con ETA ha caducado al terminar la legislatura y pide un nuevo pacto de Estado para derrotar a los terroristas. Cree que el PSOE ha renegado de Felipe González y de su aportación histórica y enfatiza al señalar que ella se reconoce «mucho más en Pablo Iglesias que los sumisos dirigentes socialistas». Es valiente y no tiene miedo….
PREGUNTA.- ¿Cómo se siente David al dar la batalla al Goliat del bipartidismo y conseguir convertirse en la quinta fuerza política? RESPUESTA.- Pues muy bien. Yo creo que en España hay un espacio para otra fuerza política que defienda la unidad de la nación española como un instrumento para garantizar la igualdad de todos. Hace falta esa fuerza política que vertebre España, porque el PSOE ha renunciado a ello, primando a los nacionalistas para gobernar en aquellas comunidades en las que no había ganado las elecciones. Y el PP se ha cargado de complejos e hipotecas.
P.- Su partido, UPyD, ha conseguido más votos que el PNV, que tiene seis escaños, mientras que ustedes han logrado uno. ¿Eso le anima a intentar cambiar la ley electoral?
R.- Efectivamente. La Ley Electoral actual es injusta y nos hemos comprometido a cambiarla para cumplir un principio de igualdad, que es un artículo de la Constitución innegociable. La Constitución establece que los ciudadanos tenemos derecho a elegir y ser elegidos en igualdad de condiciones. Cuando el resultado electoral provoca que con los mismos votos un partido tenga un escaño y el otro tenga seis, a ese partido político, en este caso el nuestro, se le niega un derecho pasivo a ser elegido en igualdad de condiciones.
P.- ¿Cuánto ha costado su escaño y cuánto uno del PSOE, por ejemplo?
R.- A nosotros nos ha costado un escaño 336.000 votos, y al PSOE una media de 50.000.
P.- Vamos, que va a enarbolar la bandera del cambio de la Ley Electoral…
R.- Mi primera iniciativa parlamentaria será pedir un cambio en la Ley Electoral.
P.- Lo tendrá difícil, porque PP y PSOE no tienen el mínimo interés en cambiar algo que les beneficia…
R.- Al PSOE y al PP puede que no les interese cambiar la Ley Electoral, pero el debate está en la calle. Y cuando los ciudadanos siguen a alguien que enarbola una bandera que consideran justa, los partidos se tienen que plegar.
P.- De entrada, IU ya ha llevado el asunto a los tribunales, y es posible que el Constitucional admitiera una iniciativa de estas características, ¿no?
R.- El problema es que el Constitucional, hoy en España, está formado por delegados de los partidos políticos. Sólo hay que ver la prisa que se ha dado el PSOE dos días después de que terminen las elecciones para ahormar la mayoría del Constitucional y que se cumpla su objetivo político.
P.- La verdad es que la vara de medir del PSOE con el Constitucional es justo la contraria que mantiene respecto al CGPJ.
R.- Ese espectáculo de un sistema judicial sometido al poder político ha salido impune. Y no hay democracia que se precie que pueda consentir que en su país el sistema judicial esté sometido al poder político. Por eso hay que cambiar las leyes para proteger la autonomía de fiscales y jueces. Hay que cambiar la ley que regula cómo se elige el Consejo General del Poder Judicial, hay que cambiar el artículo de la Constitución que establece cómo se elige el Tribunal Constitucional y el sistema por el que se elige la Fiscalía General del Estado. No vale quejarse y seguir haciendo lo mismo. Yo no quiero nombrar los jueces ni los fiscales, no quiero que los nombren los políticos.
P.- La verdad es que el fiscal general tampoco fue ejemplar al decir que las leyes debían someterse al momento político.
R.- Tenemos un fiscal general del Estado que llamó a la Ley de Partidos «un Guantánamo electoral», y cosas peores, lo cual es la demostración de una Fiscalía General del Estado sometida a la estrategia del Gobierno. Nosotros proponemos que se garantice mayor grado de autonomía, y el fiscal general se elija por una mayoría de tres quintos del Parlamento, como se hace con el Defensor del Pueblo, y que se elija con más de 15 años de carrera profesional.
P.- ¿Usted va a convertirse, como le ha dicho Anasagasti, en un Pepito Grillo de esta legislatura?
R.- Sí, seré el Pepito Grillo del Congreso, no sólo para controlar al Ejecutivo, sino para mejorar el sistema en términos democráticos. Nosotros hemos nacido para regenerar la democracia, y que los ciudadanos recuperen el control sobre la política, sobre los cargos políticos, para que haya transparencia, y que todos valgamos lo mismo a la hora de votar o ser votados… Pepito Grillo era la conciencia crítica y por eso Anasagasti añadió el adjetivo de «desagradable», tal vez para él lo sea, pero para mí la conciencia no es algo desagradable.
P.- Pues de usted, sus ex compañeros del PSOE han dicho de todo. Que ha sido desleal, que era un cadáver político y cosas mucho peores…
R.- Yo me he considerado absolutamente leal con las ideas, las posiciones y la historia del PSOE. La lealtad con un partido no es decir amén a la dirección, a eso se le llama falta de criterio o sumisión. Y de eso hay mucho en Ferraz. El PSOE tiene una historia centenaria de defensa de la igualdad y del Estado, que va más allá de las direcciones que ha tenido en toda la vida. Esa es la historia del PSOE, que en esta legislatura Zapatero ha tirado por la borda. Yo me reconozco mucho más en Pablo Iglesias que muchos dirigentes del PSOE.
P.- Ustedes dicen que son un partido nacional, necesario, constitucionalista y sin complejos. ¿Sus votos le han venido del PSOE o del PP?
R.- No sé de dónde han venido y ni siquiera me importa. La mayor parte de nuestros votos creo que vienen de una gente que tiene ambición de país, y ha encontrado una opción para no votar con la nariz tapada, o no votar en contra. Esa es la gente que busca alguien que defienda lo que nos une, los grandes consensos, que no está dispuesta a que le coloquen en uno de los dos grandes frentes que nos han impuesto en este país. El otro día, Sabina dijo que votaba a Zapatero con la nariz tapada… yo no quiero ni un solo voto con la nariz tapada.
P.- Resulta lamentable que 30 años después de la llegada de la democracia a España se siga dividiendo a este país entre rojos y azules, rojos y fachas, ¿no?
R.- Esa división es absolutamente artificial. Y establecida desde la dirección de los partidos, particularmente desde la dirección del PSOE. Esa ha sido una estrategia del PSOE en esta legislatura, que trató de excluir al PP del consenso constitucional. Lo que pasa es que el PP ha seguido la estrategia y se ha desbordado, y en muchos temas parecía que lo hubieran diseñado los propios socialistas. Ese diseño de una España partida por la mitad en la que obligatoriamente tengas que ser enemigo de la otra mitad no se corresponde con lo que piensa la mayoría de los españoles, que no somos así. Esa imagen que han querido dar de nosotros es la que la gente repudia, como repudia la bronca política.
P.- La primera prueba de fuego será la investidura. ¿Apoyarán a Zapatero?
R.- Hemos anunciado que apoyaríamos al candidato que se comprometiera a abordar en esta legislatura las cuestiones básicas por las que nacemos, desde revisar los techos competenciales de las comunidades en la Constitución hasta recuperar competencias para garantizar la igualdad o la reforma de la Ley Electoral. No apoyaremos a nadie que no decida poner en marcha estas reformas y no haremos mercadeo.
P.- ¿Aspiran a convertirse en esa fuerza bisagra que ponga a los nacionalistas en su sitio para que no tengan la sartén por el mango?
R.- A mí no me preocupa lo que quieren hacer los nacionalistas. Me preocupa la actitud de los partidos nacionales. Es obvio que los nacionalistas hacen chantaje, pero lo importante es cuando el partido nacional cede al chantaje porque le interesa más un puñado de votos que defender el Estado. Nosotros queremos obligar a los partidos nacionales a comportarse como partidos de Estado. Las cuestiones de Estado no se pueden pactar con los partidos políticos que reniegan de España. El PSOE ha querido hacer una segunda transición con los nacionalistas, excluyendo a quien representa a la mitad del país. Y lo que es más, renegando sobre la Transición y sobre la historia de Felipe González y su aportación.
P.- ¿Usted va a pedir que el Parlamento derogue el permiso que le dio al Gobierno para negociar con ETA si se daban las circunstancias?
R.- Ese permiso parlamentario para negociar con ETA ha caducado con la legislatura. Vamos a pedir que se haga un nuevo pacto de Estado para derrotar a ETA en esta legislatura. Eso es lo importante. Y me voy a empeñar en eso. Sólo un pacto de Estado le quita la esperanza a ETA y nos la devuelve a todos los demás.
P.- ¿Y cree que Zapatero no volverá a intentarlo?
R.- Zapatero ha dicho que ésta será la legislatura de los grandes consensos y espero que su primera iniciativa sea proponer un nuevo pacto de Estado contra el terrorismo.
P.- El dijo en el debate con Rajoy que durante su mandato hubo cuatro muertos y con el PP, casi 200. Tal vez haber recibido la bendición de las urnas le mantenga en sus tesis.
R.- La política antiterrorista no se puede analizar contando el número de muertos. Eso es un error y una barbaridad. Zapatero sabe que su política antiterrorista ha fracasado porque ha fortalecido a ETA, que ahora está en la calle y en las instituciones, cuando antes no estaba. Si Zapatero creyera que el resultado electoral avala esa política tendríamos una legislatura muy dura. Yo espero que eso no sea así, y haya aprendido de sus errores.
P.- ¿Cómo interpreta la bajada de votos de los nacionalistas vascos y catalanes?
R.- La bajada de los nacionalismos en Cataluña y el País Vasco, que es lo que le ha dado la victoria al PSOE, está directamente relacionada con que el PSOE ha sumido su discurso y su política. Los socialistas no han ganado porque hayan conseguido lo que intentaban: romper al PP y quedarse con el voto del centro. El PP ha mantenido su electorado con una fiabilidad y una fidelidad realmente admirables, y el PSOE ha ganado porque ha ocupado el espacio de los nacionalistas.
P.- ¿Están dispuestos a apoyar propuestas del PP, si llega el caso?
R.- Nosotros no vamos a tener ningún vértigo en estar de acuerdo ni con unos ni con otros. No vamos a analizar las propuestas en función de quién las plantea, sino en función de las propuestas en sí. No nos va a dar miedo apoyar una iniciativa en la que estemos de acuerdo, la haya planteado el PSOE o el PP.
P.- ¿Apoyará el nombramiento de Bono como presidente del Congreso?
R.- A Bono lo han nombrado, lo han designado, no lo hemos elegido, y a mí me gustaría elegir al presidente del Congreso. Que Zapatero lo haya designado no significa que ya esté elegido.
P.- ¿Eso es un no?
R.- Es lo que acabo de decir.
El Mundo (17.03.2008)
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