Miles de personas plantan cara al terror en un bastión de Batasuna
M. O. / P. G. D. – Mondragón – 11/03/2008
Una multitud contra ETA en Mondragón (Guipúzcoa). Se dice pronto. Varios miles de personas repudiaron ayer el asesinato del ex edil socialista Isaías Carrasco, abatido por un etarra el pasado viernes. Su viuda, Marian Romero, y dos de sus tres hijos, Sandra y Ainara, encabezaban una manifestación histórica que reclamó libertad y el fin del terrorismo. Una marea humana les cubría las espaldas, dándoles calor en una tarde gris y muy fría. "Por la libertad. ETA no" gritaron por las calles de un pueblo que tiene muchas deudas pendientes con las víctimas de ETA.
Marian, Sandra y Ainara abrían camino a la manifestación hacia un lugar maldito. Iban en dirección al número 6 de la calle Navas de Tolosa, como tantas veces en su vida, porque ese derrotero les lleva a su casa. Esta vez era muy diferente; tenían que conducir a toda la comitiva hacia allí, hacia un portal adornado de rosas rojas ya marchitas en recuerdo de Isaías. Fue como decirles a esos miles de personas que les seguían, solidarios, que en ese punto fue asesinado un hombre bueno, un trabajador, un padre y un marido.
Se hizo un minuto de silencio clamoroso. Sandra Carrasco, la hija de Isaías, se mantuvo firme, aguantó a cuerpo gentil el frío penetrante y esbozó una media sonrisa ante los flases de los fotógrafos. En ese momento de respetuoso recuerdo y homenaje al muerto, en Mondragón pudo oírse el grito de "¡Isaías!". Salió espontáneo y fue coreado por muchos de los asistentes.
La manifestación formó a continuación una columna que tardó 15 minutos en pasar, lo que da una idea de la elevada asistencia, varios miles, "muy por encima de las mejores previsiones", reconoció un dirigente socialista. La mayoría de los comercios cerraron sus puertas. Los familiares de la víctima estuvieron flanqueados por los concejales de Mondragón, que portaron una pancarta roja con el lema Por la libertad. ETA no. No estaban los siete munícipes de ANV, que se negaron a condenar el asesinato.
En medio de unas fuertes medidas de seguridad -más de un centenar de guardaespaldas-, en la segunda fila se colocaron otros familiares de Isaías y, tras ellos, responsables sindicales y de partidos. Entre otros, el secretario de Organización del PSOE, José Blanco; el líder de los socialistas vascos, Patxi López; el lehendakari, Juan José Ibarretxe; la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez; el presidente del PNV, Iñigo Urkullu; la del PP vasco, María San Gil, o el de Eusko Alkartasuna, Unai Ziarreta.
Fue una demostración de poderío, porque detrás iba un regimiento de personas del pueblo y llegadas de otros puntos de Euskadi. "Esto tiene que servir para algo. Siempre se dice lo mismo, pero alguna vez tiene que ser la última. Isaías tiene que ser el último". Es el testimonio de Maite. Va en la parte central de la marcha, junto a un grupo de amigas. A su vera, Conchi, también vecina del pueblo: "Estoy sorprendida por la gran cantidad de personas que han venido".
La marcha concluyó en la plaza central de Mondragón, donde Patxi López leyó un comunicado de tres folios. Agradeció la asistencia a los "ciudadanos de bien" congregados allí, pero especialmente el "ejemplo de dignidad y de coraje cívico" demostrado por la familia de Isaías. "ETA sabe que tiene enfrente a una sociedad vasca que no tolera sus crímenes porque desea vivir en paz", dijo el dirigente socialista. "No vamos a retroceder ni un milímetro", enfatizó antes de concluir con las siguientes palabras: "Unidos veremos, más pronto que tarde, un país en paz y en libertad".
Frente a la casa consistorial, de cuya balconada colgaba una pancarta con la foto de Isaías, hubo otro minuto de silencio. Antes y después se profirieron gritos de "¡Asesinos!", "¡Carrasco!" e "¡Isaías!". Un espontáneo gritó: "¿Dónde está la alcaldesa?". Poco a poco, la gente fue marchando entre murmullos.
Decenas de miles de personas se concentraron ayer al mediodía ante los ayuntamientos de toda España para protestar contra el asesinato de Isaías Carrasco. Los Príncipes de Asturias interrumpieron su visita al salón Alimentaria, que inauguraron en Barcelona, para participar en la concentración silenciosa. Pese al carácter unitario de la convocatoria, se produjeron algunos roces entre los dos principales partidos.
En Alicante, el Gobierno municipal, del PP, no acudió a la concentración y tampoco colocó las banderas a media asta en el ayuntamiento, con el argumento de que ya lo había hecho el pasado sábado, a pesar de que la protesta se pospuso hasta ayer en toda España para no condicionar la jornada de reflexión, informa Rosa Biot.
En Valencia, la concentración estuvo encabezada por la alcaldesa, Rita Barberá, del PP, quien aprovechó para criticar a Zapatero, del que dijo que desea que "deje de ser tan sensible a las exigencias nacionalistas", informa Lydia Garrido. En Madrid, donde el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón, encabezó la protesta, el PSOE criticó a la presidenta de la Asamblea regional, Elvira Rodríguez, del PP, por no sumarse a la convocatoria.
El País (11.03.2008)
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