Las obras de los cinco pasos están sin concluir y en caso de accidente no podrían ser utilizadas
Montse Espanyol
BARCELONA- El AVE Barcelona-Madrid se inauguró sin tener listas las salidas de emergencia del «túnel de los despropósitos», el que va de la estación de Sants a L'Hospitalet de Llobregat. El mismo que durante su construcción se hundió en Bellvitge y dejó en coma durante 42 días el servicio de Cercanías de Renfe. Un incidente, que obligó a José Luis Rodríguez Zapatero a romper una de sus promesas, aquélla que decía que el AVE llegaría a Barcelona el 21 de diciembre.
«Prioridad, seguridad »
En plena crisis, Zapatero cambió su lista de prioridades. Supeditó la llegada del AVE a la capital catalana a la seguridad y al restablecimiento del servicio de Cercanías de Renfe y de los Ferrocarriles de la Generalitat. «Lo primero es la seguridad», insistía si alguien le preguntaba que cuándo llegaría el AVE a Barcelona. Pero Zapatero no renunció a colgarse la medalla de ser el presidente que ha traído la alta velocidad a la capital catalana, donde se juega, en gran medida, la victoria en las urnas el próximo 9-M.
El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) forzó la máquina al máximo para poder abrir la línea antes de que empezara la campaña. El primer AVE con pasajeros llegó de Madrid a Barcelona el pasado 20 de febrero a las 8:37 horas de la mañana.
Zapatero sabía, por experiencia, que las prisas no eran buenas consejeras de viaje. Pero en este caso, como dice el refranero, «el diablo no supo más por viejo que por diablo». El AVE se inauguró sin que el túnel que hay entre la estación de Sants y L'Hospitalet de Llobregat tenga listas las salidas de emergencia.
El túnel tiene 4.973 metros y consta de dos tramos, uno de 2.069 metros que va de Sants a La Torrassa, y otro de 2.724 metros que va de La Torrassa a L'Hospitalet. En este último tramo, los obreros trabajaban ayer por lo menos en la construcción de cinco salidas de emergencia.
No es ningún secreto para los vecinos de L'Hospitalet. Si uno recorre la avenida Vilanova, que es paralela al túnel del AVE, puede ver cómo los obreros trabajan en unos pozos que en un futuro serán las salidas de emergencia.
En el tramo La Torrassa-L'Hospitalet del túnel de Alta Velocidad hay cinco salidas de emergencia planeadas. Se trabaja en la avenida Vilanova con la calle Ponsich, Santa Eulàlia, Avenida Carrilet, calle Joncs y Gran Via de les Corts Catalanes.
Desde el interior del túnel, subido en un Siemens 103, también se perciben los trabajos. Al poco de dejar la estación de Sants -en dirección a Madrid- se puede ver un pozo horadado en el que ha de ir o bien una salida de emergencia o un sistema de ventilación para el túnel. A 60 kilómetros por hora, se perciben los carteles verdes que señalizan la salida de emergencia a un lado u otro, pero la salida no se ve. Por ahora, sólo hay un muro de hormigón.
La Razón (27.02.2008)
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