Hacia un nuevo partido político progresista

En los mentideros estivales de la política de Madrid, corría el rumor insistente de que el día D, la próxima cita electoral a Cortes, sería el 9.03.2008.

El rumor acaba de ser confirmado por el Presidente del Gobierno, y, ya con seguridad esa será la fecha.

Como pasó en las útlimas elecciones autonómicas catalanas, los electores están a la expectativa de la concurrencia de un nuevo partido, innovador (por progresista, regenerador y transparente), que les evite, en la medida de lo posible, el amargo trago de no saber si votar o abstenerse de hacerlo.

El veterano y prestigioso político portugués Mario Soares ha señalado como lo más positivo del año que acabamos de terminar "la emergencia de una opinión pública activa y bien informada, que se va acostumbrando a comprender los acontecimientos más allá de las apariencias. Esta opinión empieza a saber manifestarse y a contar en los complicados equlibrios estratégicos mundiales".

Manifestaciones locales de esa emergencia las tenemos a nivel político, en vanguardia ocasionalmente, en nuestro país.

Ciutadans (C´s), al menos en Cataluña, hizo (en palabras de Félix Ovejero, uno de sus promotores), aunque fuera sólo por unos instantes, más libres a sus ciudadanos y fue un primer aviso, aunque parcialmente fallido, de lo que debería ser una iniciativa de ese tipo.

Principales promotores de UPyD (Savater, Gorriarán y Díez)Ahora el testigo a nivel nacional (con un mayor potencial y recorrido), pese a lo que puedan opinar los miopes y oportunistas de la política, lo recoge Unión, Progreso y Democracia (UPyD). Poseen la experiencia de muchos años, llenos de valentía, lucha y abnegado sufrimiento, para saber diferenciar, a la legua, lo blanco de lo negro; no perdiéndose en el engañoso matiz gris de la cesión fácil al chantaje (recordemos que sus promotores provienen, en su mayoría, de la asociacíón vasca Iniciativa Ciudadana Basta Ya; habiendo sido, como lo continúan siendo, sus más destacados dirigentes extorsionados, coaccionados y amenazados por la banda terrorista ETA). Además, conocen de primera mano la experiencia previa de C's.

Por diversos motivos insoslayables, fundamentalmente de tiempo (inmediatez de las elecciones generales), el referido partido surge con un déficit democrático claro que, sólo pasadas aquéllas, podrá ser subsanado a través de su previsto primer congreso. Será entonces cuando se perfilará el cariz progresista de sus políticas y la posibilidad o no de que su transversalidad definitoria original se extienda en el tiempo como no ha ocurrido en su antecedente, C's (quizás porque, en realidad, no sea posible, por el carácter "prepolítico" del concepto, como ha señalado en diversas ocasiones Vicente Serrano, exmiembro histórico de esa formación y ahora Secretario de Alternativa Ciudadana Progresista, entre otros, en su artículo "A vueltas con la transversalidad"). En este sentido, la aceptación con normalidad de "corrientes internas" definidas sería una posible solución, creo que aceptable por la mayoría, a explorar seria y generosamente.

Su camino será arduo y difícil; no se lo pondrán fácil los grandes partidos tradicionales de ámbito nacional ni aquellos a los que sus tentáculos alcanzan. Eso era lo previsto y lo que la realidad tozuda se está encargando de mostrar; son sus adversarios y no comparten el mismo proyecto para España.

Sin embargo, no se concebiría como lógico que C's, más específicamente su dirección, con un proyecto similar e idéntico en lo fundamental (al menos, para la mayoría de las bases de ambos partidos que aún se están preguntando a qué o a quién se debe la división de fuerzas que se producirá ante la importantísima e inminente cita electoral), pusiese palos en las ruedas al devenir de esta incipiente iniciativa política. 

UPyD puede y debe elegir como interlocutores en Cataluña a aquellos que considere mejor, libremente. En este sentido no son admisibles las voces que desde el partido catalán (aunque con una presencia testimonial y parcial en el resto del estado) se alzan, críticamente, contra la iniciativa vasca por no considerarlos, sino, como una referencia más. Pareciera que a algunos se les debiera reconocer y suponer una legitimidad que ni siquiera las urnas de su propio último congreso les otorgaron.

El galimatías del Proyecto en Cataluña en el que confluyen lo que queda del embrión del mismo, resto de C's, y los pasos titubeantes dados por parte de  los escindidos, paradójicamente (en apariencia), del mismo, pero, ahora, en la dirección de UPyD  (no precisamente lo deseable en ambos casos), sólo se despejará, como la broza que desecha el campesino con su azada, a partir de marzo.

Será el momento de dejar paso, definitivamente, a la nueva iniciativa y la hora de arrimar el hombro, todos (no sólo los de siempre) unidos, en la esperanza de que la dirección que surja, democráticamente elegida, del partido recién nacido, sea lo aglutinadora que no lo ha sido ni lo fue, nunca, la dirección de C's. Legitimidad y autoridad moral para ello no les falta a sus promotores.

Esperemos que el año nuevo nos traiga fuertes dosis de sentido común, consenso y estado. El Proyecto las necesita.

Antonio F. Ordóñez (4.01.2008)
Tesorero ACP

antonioordonez@alternativaciudadana.es

 

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