La bomba que ha hecho explosión a primera hora de la madrugada del domingo en los juzgados de paz de Sestao, provocando destrozos en la fachada del edificio, pero sin causar daños personales, estaba formado por cinco kilos de cloratita, según confirmaron los análisis finales realizados por la Ertzaintza.
La deflagración se produjo apenas 50 minutos después de que la Asociación de Ayuda en Carretera (DYA) de Vizcaya recibiera una llamada de aviso en nombre de ETA. "Te llamo en nombre de ETA. A la una va a estallar una bomba en los juzgados de Sestao. ¿Me has entendido?", fueron las palabras del interlocutor.
La bomba, que se encontraba dentro de una bolsa, hizo saltar las grandes puertas de madera de la entrada del edificio, en la céntrica calle Alameda de las Llanas, y dejó un socavón de dos metros de profundidad, así como desperfectos de menor entidad en un edificio situado enfrente.
La explosión destrozó los accesos a los juzgados y también ha quedado destruido el mostrador de atención al público. Junto al portal del edificio, se han visto afectadas las ventanas de algunas viviendas y las lunas de comercios situados en los bajos de la casa, como una peluquería, una carnicería y una inmobiliaria.
La Policía acordonó la zona desde el momento del suceso prestando especial atención a otra bolsa sospechosa localizada cerca de donde se produjo la detonación.
Primera acción tras el comunicado
Este ataque es la primera acción que la banda terrorista lleva a cabo tras la publicación, en la noche del viernes, de un comunicado en el que amenazaba a las 'fuerzas del Estado español sea en el lugar que sea'.
En ese mismo texto, ETA reivindicaba sus últimos cinco atentados, cometidos durante los últimos meses, entre ellos el asesinato de los guardias civiles Raúl Centeno y Fernando Trapero el pasado 1 de diciembre en la localidad francesa de Capbreton, en lo que define como una "ejecución" en el curso de un "enfrentamiento armado".
Además de estas muertes, la banda terrorista ha fijado sus objetivos en otros ámbitos, ya fueran eventos deportivos, como la colocación de varios artefactos en Belagua (Navarra), el pasado 25 de julio, al paso de la decimosexta etapa del Tour de Francia; el atentado en Durango contra la casa cuartel de la Guardia Civil, el 24 de agosto; la furgoneta de Castellón, que explotó tres días más tarde; o la colocación de un artefacto en una carretera de La Rioja.
La última acción contra un juzgado tuvo lugar el pasado 11 de noviembre, cuando la Ertzaintza desactivó dos bombas colocadas en el exterior del edificio de los juzgados de Getxo (Vizcaya).
Violencia callejera
Por otra parte, el 'batzoki' —sede social del PNV— de la localidad vizcaína de Lekeitio ha registrado este domingo diversos desperfectos al ser atacado por desconocidos con el lanzamiento de ladrillos y pintura contra la fachada, ha informado el departamento vasco de Interior.
El ataque ha tenido lugar sobre la 1.50 horas, cuando ha sido arrojado "algún ladrillo" y pintura contra el 'batzoki', situado en la calle Sabino Arana, de dicha localidad costera vizcaína. Los desconocidos causaron la rotura de cristales y manchas de pintura en el edificio, indicó Interior.
En Vitoria, un artefacto casero provocó daños en un cajero automático, según informó el departamento vasco de Interior. Compuesto por líquido inflamable y un petardo de pirotecnia, el artefacto fue hecho estallar por desconocidos sobre las 23.30 horas del sábado en el cajero de una sucursal del BBVA situada en la calle Reyes de Navarra, de la capital alavesa.
El fuego provocó daños que se limitaron al cajero automático de la oficina bancaria, precisaron las fuentes del departamento de Interior.
El Mundo (17.12.2007)
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