Quo Vadis España

Bandera de EspañaQuo vadis, que en latín significa <<¿a dónde vas?>>, alude a una tradición que se contaba entre los primeros cristianos, en la cual el apostol Pedro, que huye de Roma para ponerse a salvo de la persecución, se cruza con Jesús. Pedro le hace dicha pregunta, a la que Jesús responde que va a ser crucificado en Roma por segunda vez, porque sus propios discípulos le abandonan. Avergonzado de su cobardía, Pedro regresa a Roma para afrontar su destino, que será el martirio.

Hoy, desde  Cataluña (con igual e, incluso, más trágico sentido se podría decir de otros lugares de nuestra geografía común), no sabemos "a dónde va" España, nuestro estado; garante de la libertad e igualdad de todos los españoles.

España, a semejanza de lo que hizo Pedro con Jesús, es negada, y, en consecuencia es atacada desde todos los frentes posibles: el lingüístico, el de los símbolos (bandera, himno y monarquía), el de los presupuestos, el deportivo,… incluso, desde la convivencia… a la que antaño se hacía referencia como el último peldaño que no se debía, bajo ningún concepto, pisotear.

La ideología del enfrentamiento y del exterminio del enemigo campa a sus anchas. Ya no hay adversarios a los que contradecir mediante la palabra y el razonamiento. Ahora hay "enemigos" a los que es preciso "eliminar" so pretexto de la recuperación del tiempo perdido en la construcción de una imaginada identidad colectiva.

Ello no sería posible sin el imperio de la mediocridad que lleva instalado en el poder, desde hace décadas, en Cataluña. Los medios de comunicación, el poder ejecutivo y legislativo, los poderes fácticos que conforman la sociedad civil, mayoritariamente, contribuyen, con su falta de rigor y perspectiva, al distanciamiento progresivo del resto de España.

Pero, evidentemente, no todo el problema se origina en ésta comunidad. Ello, tampoco, no sería posible sin las luchas intestinas entre los grandes partidos nacionales, arrastrando a las mismas a otros poderes del estado y con la intervención interesada de "personajes invitados", de todos los ámbitos de la sociedad española, que contribuyen, con su cortedad de miras y su miope visión de estado, a crear el caldo de cultivo necesario para mantener las cosas sin posible solución.

La mayoría de los hombres no somos heroes y muchos, como el apostol hizo en su día, ya han huído allende ésta "nación" que pretende una supuesta libertad aunque sea a costa de la libertad real de parte de sus ciudadanos. Todo lo que desprende olor a español, en el mejor de los casos, se pone en duda, se califica de extraño, y, mediante una calculada y sistemática labor, "por desgaste" normalmente, se intenta destruir. En el peor de los casos…; ¡todos sabemos lo que puede pasar el en peor de los casos!

¿Vamos a huir? ¿Vamos a dejar que nos exterminen? Ni una cosa ni la otra. Espero que nuestro destino no sea el martirio, pero, que nadie dude de que no vamos a quedarnos quietos viendo como nuestra libertad es cercenada día sí y día también.

Donde la comprensión del otro, los hechos demuestran tozudamente no puede anidar, se hace necesario primero aplicar la ley con todas sus consecuencias; si fuera necesario, incluso, mediante la fuerza.

Pero como eso se ha reputado, a estas alturas, claramente insuficiente, los ciudadanos libres decidimos organizarnos, unirnos y recuperar nuestro sitio, primero, en la calle, y, después, democráticamente, en las instituciones. Lo que es de todos no puede ser patrimonio de los intereses espúrios de una minoría.

Ciutadans primero y ahora Unión, Progreso y Democracia abanderan un único proyecto nuevo para nuestra España, que como decía el poeta es la "camisa blanca de nuestra esperanza".  Es un camino de respeto y tolerancia, que pretende recuperar las mismas reglas de juego para todos; aquellas que algunos, hace tiempo, olvidaron. Esperemos que no sea, demasiado, tarde.  

Antonio F. Ordoñez (28.09.2007)
antonioordonez@alternativaciudadana.es

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